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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Buñuelos económicos

Fotografía

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía31-10-2004

Dulces bolitas azucaradas de masa pastelera fritas en abundante aceite de oliva y espolvoreadas con un exquisito glaseado. Una hora de cola en la pastelería de la Plaza Mayor de Salamanca, entran nuevas cajas, salen más bandejas al escaparate. Chocolate, nata, café, crema… Dicen en la tele que en algunos sitios los hay hasta rellenos de frambuesa o de plátano. Todo es echarle imaginación para encontrar el sabor que más guste al consumidor. En esta época, todos nos convertimos en pasteleros improvisados. Desde la abuela que se pasa horas en la cocina para sorprender a sus nietos al joven innovador que se inventa buñuelos basados en la gastronomía moderna, pasando por esa chica que se ha sacado unas pelas trabajando por la noche en un obrador para satisfacer a los paladares más golosos. De hecho, incluso el Ministerio de Economía se ha convertido últimamente en una gran fábrica de buñuelos. Solbes y compañía están elaborando estos típicos dulces de Todos los Santos con rellenos sorprendentes. Hay buñuelos salvadores para los pescadores afectados por la subida del petróleo. Delicias que los agricultores, de gustos más exquisitos, no se hallan dispuestos a degustar. Hay otros que contienen la presidencia de una gran compañía petrolera –lo que pasa es que se venden caros y son como la sorpresa de los roscones de Reyes, que si uno es un poco listo y mira la rosca por debajo ya sabe dónde se esconde el regalo-. Existen también, en fin, buñuelos presupuestarios. La receta de estos buñuelos se parece a la de la Coca-Cola: incluye un ingrediente secreto que se oculta durante el ejercicio correspondiente y luego aflora en los siguientes. El PP añadía su toque al pastel mediante una ley de acompañamiento, ahora eliminada, y unas deudas públicas que se cuadraban con el superávit de la Seguridad Social. Los buñuelos socialistas, en cambios, carecen de estos aditivos. El producto ya está hecho, a pesar de las críticas, y se dispone a ser puesto a la venta. Todos tendremos que comprarlo y aún no sabemos en qué se basa el relleno de la casa. ¿Nos satisfará?

Fotografía de Gema Diego