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BALONCESTO

Utah y Memphis, en la ¬pomada¬ del Oeste

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura3 min
Deportes31-10-2004

La Conferencia Oeste sigue siendo la más competida de la NBA. Hasta una decena larga de equipos -sobre todo en las divisiones del Noroeste y Suroeste, donde compiten Utah y Memphis, respectivamente, con aspiraciones de playoff- tienen opciones de llegar a los playoff. La renovación de Dallas, Denver y Los Ángeles, junto con la llegada de Tracy McGrady a Houston, suponen los cambios de mayor calado, mientras que equipos como Minnesota y el propio Memphis apuestan por los mismos jugadores.

División Noroeste Denver atesora un equipo muy prometedor, en el que reúne la explosividad de Kenyon Martin, la finura de Carmelo Anthony y la versatilidad de Marcus Camby bajo los tableros. Minnesota mantiene el bloque que el año pasado fue campeón de la regular season: con el poder de Kevin Garnett como eje, pero con la agilidad de Sam Cassell y Latrell Sprewell como complemento. Utah suma a Carlos Boozer y al pívot turco Mehmet Okur para reforzar a un bloque que demostró algunas lagunas cerca del aro, pero que demostró tener talento suficiente, sobre todo con Andrei Kirilenko y el puertorriqueño Carlos Arroyo, como para poder alcanzar los playoff Los Portland Trail Blazers, ya sin los chicos malos incorpora a los rusos Viktor Khryapa y Sergei Monia, aunque no están llamados a priori a disputar muchos minutos en un año que tiene aspecto de ser de transición. Lo mismo ocurre con Seattle, que mantiene como estandarte a Ray Allen e incorpora al turco Ibrahim Kutluay, pero carece de un juego interior poderoso y un base dominante. División Pacífico Los Ángeles y Sacramento son, como de costumbre, los más fuertes. Los de oro y púrpura, con Kobe Bryant y Rudy Tomjanovich como nuevo capitán de la nave, se presentan muy renovados, con la llegada de los postes Brian Grant y el veterano Vlade Divac, además de Lamar Odom y Caron Butler, dos aleros que despuntaron con Miami. Sacramento mantiene como puntalesal base Mike Bibby, el alero Pedja Stojakovic y el poste Chris Webber. Greg Ostertag, rudo pero con presencia bajo los tableros, está llamado a dar presencia a los Kings en la pintura. Phoenix también presenta un par de refuerzos interesantes, Quentin Richardson y sobre todo Steve Nash, llamado a engrasar el poder anotador de Shawn Marion y Amare Stoudamire. Los Clippers, aun con la llegada de Kerry Kittles y el serbio Zeljko Rebraca -que aporta presencia al juego interior del vecino pobre de Los Ángeles, no prometen llegar lejos con sólo dos aleros de ciertas garantías, Elton Brand y el croata Marko Jaric. Por último, Golden State incorpora al mexicano Eduardo Nájera y al escolta Derek Fisher, que no parecen suficientes por sí solos para solucionar la dependencia del alero de Jason Richardson, la principal tarea para el nuevo técnico, Mike Montgomery. División Suroeste Memphis está enrolado con los rivales más difíciles, posiblemente, de toda la NBA. Con todo, los Grizzlies mantienen el bloque que el año pasado ya les llevó a los playoff, con el español Pau Gasol como referente. Pero la llegada de Tracy McGrady a los Rockets -a cambio de Steve Francis, Cuttino Mobley y Kelvin Cato- ha desatado las expectativas en Houston. Además de T-Mac, llegan dos buenos jugadores como Tyronn Lue y Juwan Howard, además del veterano Dikembe Mutombo. También San Antonio, con una interesante línea exterior -a la que se suma un tirador como Brent Barry- y Tim Duncan en la pintura, aspira a llegar lejos. Más descolgado se queda Dallas, que del equipazo que defraudó la temporada pasada pierde al base Steve Nash -al que reemplaza Jerry Stackhouse- y a los aleros Antawn Jamison y Antoine Walker, cuyo lugar ocupa un cuatro, Erick Dampier, para dar más libertad ofensiva al alemán Dirk Nowitzki. Entre tanto gallo se cuela New Orleans, que aspira con un nuevo entrenador, Byron Scott, y su repertorio de bajitos, encabezado por Baron Davis, a no perder demasiados partidos. En principio, sería un milagro que consiguieran llegar a los playoff.

Fotografía de Roberto J. Madrigal