SIN ESPINAS
Juzgar los hechos
Por Javier de la Rosa2 min
Opinión11-10-2004
Creo que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acierta al hacer ver a Maragall que la desarticulación de la cúpula de ETA en Francia es también fruto del esfuerzo y labor del anterior gobierno del PP. Zapatero no lo dijo exactamente con estas palabras pero sí con otras que pretenden incluir a los populares sin demérito del resto de las fuerzas políticas. No obstante, en ese afán de agradar a unos sin molestar a otros, el líder socialista otorgaba el derecho de presumir de tan magna detención a todos los partidos de este país. Cosa de la que discrepo, porque no creo que ni Esquerra Republicana ni PNV ni EA ni IU estén contribuyendo lo más mínimo a que se extinga esta panda de asesinos. Todo lo contrario. Sin embargo, con estas declaraciones, Zapatero se apunta un tanto al invitar a todos, incluido el PP, a desterrar definitivamente de la contienda partidista un asunto tan grave como el terrorismo, donde la responsabilidad política obliga a la unión inquebrantable de todas las fuerzas que se llaman democráticas. Las palabras del presidente se convierten en un gran gesto del que tomar ejemplo no sólo por el momento en el que las realiza -tras este enorme éxito contra ETA donde jactarse, como ha hecho Maragall, sería lo esperado- sino también porque no es la primera vez que Zapatero demuestra su convicción de acabar con el terrorismo desde la unidad de las dos fuerzas políticas que representan a la inmensa mayoría de los españoles. Recordemos que el impulsor del Pacto de Estado por las Libertades y contra el Terrorismo fue el antes líder de la oposición y ahora presidente. Además, las palabras del actual inquilino de La Moncloa denotan más inteligencia de la que se le presume. De él o de sus asesores -me inclino más por Rubalcaba- porque dejan la pelota en el tejado de Rajoy. Ahora, en vez de que desde sus filas se sigan criticando las destructivas palabras de Maragall, el gallego tendrá que dar muestra de su sentido de Estado y trabajar conjuntamente en afianzar de nuevo un pacto que se ha tambaleado en los últimos tiempos y por los últimos acontecimientos. En esos tiempos y en esos acontecimientos a los que nos referimos, tanto los dirigentes del PSOE como los del PP han dado muestra y siguen haciéndolo -sólo hay que mirar la comisión del 11-M- de su irresponsabilidad manifiesta al buscar el rédito electoral de cuestiones tan graves. Pero la lógica, la eficacia, la historia y el sentido común dan prueba de la enorme necesidad de que los partidos mayoritarios se unan y miren en la misma dirección en las cuestiones de Estado, es decir, política exterior y lucha contra el terrorismo. Quienes representan a esas mayorías están obligados a entenderse y a respetar con escrupulosa rectitud los acuerdos alcanzados. De lo contrario, no hay la más leve excusa: estarán traicionando a las personas que representan. Por eso, interesadas o no, alabo las declaraciones de Zapatero y espero una respuesta consecuente de Rajoy.