EL REDCUADRO
El futuro de Rajoy
Por Pablo A. Iglesias2 min
Opinión19-01-2003
Cómo ha cambiado Galicia en un año. La costa, la gente, la política, la mentalidad... todo. El desastre del Prestige ha significado para esta tierra de emigrantes el final de la transición. Galicia no había roto del todo con el pasado y ahora parece que empieza a hacerlo. Fraga ha pasado de ser ese "honorable anciano" a una "vieja marioneta" de Madrid. Al menos, estas son las cosas que se oyen en las playas de Galicia y los acantilados de Finisterre. El final de la dictadura de las mayorías absolutas parece comenzar como en su día acabó otra hegemonía autoproclamada en la que también participó Fraga. Llega pues el momento de pensar en otra sucesión, además de la de Aznar. Aunque distintas, ambas estarán íntimamente vinculadas. Incluso influirán recíprocamente. El PP nombrará en otoño a su candidato entre Rato, Mayor Oreja y Rajoy. Por este orden. Sólo uno será el vencedor, dos los vencidos. Sólo uno, posiblemente, seguirá en el Gobierno. Los otros, seguramente, deberán replantearse su futuro durante el verano de 2004. Casualidades de la vida, luego habrá que elegir a los candidatos populares para las elecciones vascas y gallegas, previstas para primavera y otoño de 2005. Harán falta dos políticos sólidos, con experiencia de gobierno, liderazgo y respetados en sus comunidades. Aunque se hable de Ana Pastor, la Xunta no parece un puesto idóneo para ella. Huele a globo sonda. Rajoy ya estaba hace un año en la mente de muchos gallegos como el sucesor perfecto de Fraga. Él no quiere, por ahora, pero aún le quedan casi tres años para asumirlo. El tiempo acaba poniendo a cada uno en su sitio. Y, si no, lo acabarán haciendo la sucesión y la dirección del Partido Popular. La dimisión de José Cuiña no altera los planes sino que viene a confirmarlos. Era uno de los pocos escollos que tenía el vicepresidente en su propia tierra. La silla de la Xunta está preparada para él hace tiempo. Aznar y Fraga lo saben. Y como le gusta a Zapatero, es de imaginar que el sucesor será otro. Rajoy tiene su presente en Galicia con el Prestige. En un futuro, puede tener allí su vida y su trabajo.