Stark se carga la semifinal

Por Carlos Gil2 min

El Barcelona se llevó la victoria del Bernabéu por 0-2. Gran parte del mérito azulgrana es debido a la pésima actuación del colegiado alemán Wolfgang Stark. Cuando el partido estaba igualado y las ocasiones no llegaban para ningún equipo el árbitro expulsó a Pepe por una falta sobre Dani Alves. Este suceso cambió el rumbo del partido por completo. Es cierto que la posesión del balón y el juego lo puso el cuadro culé sobre el césped, pero la roja directa influyó de manera directa en el devenir del encuentro. El conjunto merengue volvió a jugar con trivote como hizo en la pasada final de Copa del Rey. El encuentro comenzó según lo previsto un Barcelona muy pelotero que jugaba con el esférico a lo largo y ancho del terreno del juego. Mientras los centrocampistas del Real Madrid tan solo podían correr tras el balón y presionar. El equipo visitante tuvo dos buenas ocasiones en botas de David Villa y Xavier Hernández. Faltando poco para el descanso el partido comenzó a calentarse. Simulaciones de golpes inexistentes que provocaban tanganas y que se encendiera un partido que a priori parecía ser de fair play. Con el partido más tenso fue como llegó la única oportunidad clara de los blancos tras un disparo lejano de Cristiano Ronaldo. En el descanso Mourinho dio entrada a Emmanuel Adebayor en lugar de Mesut Özil. Con este cambio la imagen del Madrid cambio por momentos. El delantero recibía de espaldas y eso propiciaba que el juego de los locales fuera más fluido. Cristiano volvió a tener la ocasión de adelantar a su equipo pero Carles Puyol despejó el disparo. En los mejores momentos del Madrid fue cuando llegó la polémica expulsión de Pepe que rompió el partido por completo. Con diez jugadores y frente al mejor Barcelona hay poco que hacer. Lionel Messi volvió a ser el encargado para encaminar su pase a la final con dos goles en el último cuarto de hora.