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TOROS

La Fiesta, a examen en agosto

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Espectáculos01-08-2004

La primera pregunta que el mes de agosto le pone a la Fiesta no es nueva. Es la de si es preferible la cantidad a la calidad. Traducido a términos taurinos, quiere decir que si es bueno para el mundo de los toros que haya muchas corridas -en las ferias, en las plazas, en la agenda de los toreros-, al margen de la lógica.

La lógica dice aquello que ya está dicho: que la virtud reside en el término medio. Durante el mes de agosto se torea más porque España está en fiestas. Pero se hace a lo loco. Quizás las figuras no deberían pasar de las ochenta tardes, ni torear en los pueblos donde, por desgracia, muchos chavales que quieren empezar en la profesión, para hacer un paseíllo tienen que poner. Es más, en las cifras de festejos celebrados debería haber más protagonismo de las novilladas. Además, por el bien de la Fiesta, en la que uno de los pilares principales es la defensa del toreo como arte, el concepto de arte no debe rendirse a la adoración de las cifras. Las obras maestras son pocas, casi únicas. Trasladado a términos taurinos: no debe significar lo mismo torear cien corridas y cortar cincuenta orejas cuando se torea la mitad en plazas de tercera y se triunfa en éstas, que actuar en 20 tardes en plazas de primera y tocar pelo en 15 de ellas. Y esta pregunta parece que tampoco se la saben los taurinos. Tampoco se saben aquella que aconseja aguardar a las sorpresas, si surgen nuevos toreros que puedan entrar en los carteles de las ferias, y no cerrarlos meses antes. A ellas no responderán muchos taurinos este mes, más dado a correr para llenar las arcas cuyos fondos cada cual decide destinar a lo que le place. Julián López El Juli ha creado una fundación para defender y promover la Fiesta de los toros. Si es con ese objetivo, bienvenida sea. Es un paso más, como lo fueron otras iniciativas de románticos que hubo y habrá en este mundillo. José Miguel Arroyo Joselito constituyó una en 1993, tras la corrida de la Beneficencia que mató en solitario en Madrid. A ello se deben los premios taurinos que ya han recibido varios escritores, los cursos de periodismo taurino para universitarios y el descubrimiento de nuevos valores en la Escuela de Madrid. Parece que José, al que le pudo aquella convocatoria de septiembre en Sevilla, está haciendo los deberes. Ahora les toca a otros aplicarse. La temporada taurina está en su mes y la Fiesta sólo puede defenderse desde dentro.