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CICLISMO

Nadie domina el llano en el Tour

Por Miguel VenegasTiempo de lectura2 min
Deportes11-07-2004

La primera semana del Tour de Francia ha traído más espectáculo y sorpresas de las que cabía esperar. Lejos del absolutismo del centenario, la carrera está deparando un comienzo muy abierto, combatido e imprevisible. Si hace un año Alessandro Petacchi se paseaba triunfante por las metas francesas -ganó cuatro etapas-, ahora el velocista italiano mira la carrera desde su casa, con la frustración de haber salido por la puerta de atrás, sin llevarse una foto en el podium. Lo mismo que el veteranísimo Mario Cipollini... A cambio, el espectáculo ha resaltado en las escapadas, las caídas -el Tour no se gana en la primera semana, pero se puede perder-, cortes, llegadas peleadas y, en definitiva, mucho espectáculo.

La llegada a Namur dejó otro sprint accidentado. Con varios corredores en el suelo, el australiano Robbie McEwen se alzaba con la victoria, mientras que Petacchi y Cippollini se quedaban con las maletas en la mano. Pero la etapa más accidentada para Iban Mayo fue la salida de Waterloo. El jefe de filas del Euskaltel se iba al suelo y el corte lo aprovechó el US Postal para sacar cuatro minutos a los hombres de Julián Gorospe. El equipo vasco se vino abajo cuando mejor parecía estar, y aunque la contrarreloj por equipos podía darles algo de oxigeno, sólo un día más tarde, el US Postal ganaba con autoridad y Lance Armstrong conseguía vestirse de amarillo, aunque no lo quiso defender para mantener a sus gregarios enteros con vistas a la montaña. Pero el Tour estaba a punto de dar un guiño a los modestos cazaetapas. La ciudad de Chartres iba a ver cómo cinco intrépidos hacían casi 200 kilómetros en solitario, para acabar con diez minutos de ventaja sobre el pelotón. El campeón de Francia, Thomas Voeckler, se hacía profeta en su tierra y se convertía, de paso, en una posible amenaza para la general, a expensas del dictamen de los Pirineos y los Alpes. Pero la oportunidad para los ciclistas españoles no acababa de aparecer: Juan Antonio Flecha era atrapado en el último kilómetro y Francisco Mancebo pagaba su falta de explosividad entregando la cuchara al italiano Filippo Pozzato, antes de que el noruego Thor Hushovd -otro campeón de su país- diese una exhibición en Quimper. La ronda gala llega al primer descanso, y al primer traslado para los ciclistas, que dejan Bélgica y la Bretaña para desplazarse al Macizo Central. Las bicicletas pisarán a partir de ahora carreteras más empinadas y el espectáculo tendrá otros protagonistas. La carrera comienza a tomar, desde ahora, el pulso a los favoritos.