IRAQ
El nuevo Gobierno se centra en la lucha contra la violencia en su primera semana
Por Alejandro Requeijo3 min
Internacional11-07-2004
La primera semana del nuevo Gobierno iraquí estuvo condicionada por la amenaza del imán Muqtada al Sadr. El clérigo realizó un llamamiento a sus seguidores para que luchen "hasta la última gota de sangre".
Fue a través de un comunicado en el que tildaba al Gabinete dirigido por Iyad Alaui de "ilegitimo", e "ilegal" y exigía la convocatoria inmediata de elecciones. A raíz de esto, el recién instaurado Gobierno ya ha tomado sus primeras decisiones importantes y es que uno de sus objetivos principales es el de acabar con la violencia. Además de aprobar de nuevo la pena de muerte -abolida desde la caída del régimen de Sadam-, el primer ministro Alaui firmó un decreto que otorga amplios poderes policiales a su Ejecutivo. En concreto el texto se basa en una serie de prerrogativas excepcionales que van desde la imposición del toque de queda hasta la emisión de órdenes de arresto, la disolución de asociaciones, la restricción de desplazamientos, escuchas telefónicas o incluso declarar el estado de excepción en el momento en que se considerase necesario. En definitiva un decreto que podría recortar en gran medida las libertades del pueblo iraquí. Por ello, el ministro de iraquí de Derechos Humanos, Bujtiar Amin, puntualizó que el principal objetivo de esta ley es "proteger a los ciudadanos iraquíes de los terroristas, de los asesinos que amenazan la seguridad del país". Por su parte el titular de Justicia, Malik Dohan al-Hasan, también justificó la aprobación de la ley amparándose en las "actuales circunstancias en las que vive el país". Lo cierto, es que desde que se hiciera cargo del país el pasado día 30 de junio, el nuevo Gobierno aunque se ha hecho notar, en buena parte por este tipo de medidas, no ha mostrado una postura clara con respecto al futuro de Iraq. El lunes pasado, aviones de EE.UU. bombardearon una casa de Faluya que supuestamente servía de escondite a un grupo de terroristas. Al día siguiente, el primer ministro iraquí anunció que habían sido sus servicios de inteligencia quienes habían facilitado la información a los norteamericanos y que habían colaborado con ellos indicando el lugar exacto sobre el que se debía producir el ataque. Sin embargo, el propio Alaui rechazó la oferta del rey de Jordania en la que ofrecía soldados para participar en la pacificación de Iraq y lo mismo hizo con Turquía. "Hemos considerado que es mejor no herir sensibilidades, entre los distintos grupos étnicos y religiosos que conviven en nuestro país", indicó Alaui. Además aseguró que los países vecinos deben limitarse a colaborar vigilando sus fronteras para que dejen de entrar terroristas. Pero al mismo tiempo, no ocultó su deseo de que Egipto y otras naciones árabes manden contingentes a una fuerza multinacional que está liderada por EE.UU. Con esto, además de las constantes vueltas de tuerca, queda patente que a pesar de llevar sólo unos días en el cargo, en Iraq ya no se hace nada sin contar con el primer ministro, Iyad Alaui. Fuera de esto, se produjo también la primera liberación de presos de la cárcel de Abu Ghraib desde el traspaso de poder. En torno a 300 iraquíes abandonaron, la semana pasada, la prisión que sirvió de escenario a las torturas infligidas por soldados estadounidenses.