EUROPA
La CE plantea reformas en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento
Por Paula Escalada Medrano2 min
Economía26-06-2004
Los frutos de la nueva Europa comienzan ya a hacerse con las páginas de los principales diarios europeos. La reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) es ahora una de sus principales menciones. A pesar de las diferentes opiniones de los miembros de la Unión, el objetivo está claro: estabilidad, tranquilidad, mejoras... en el camino que están llevados a hacer juntos.
Las reformas que incluye nuevo PEC fueron hechas públicas la semana pasada en un documento final provisional de Bruselas. El principal cambio que éstas aportan es el procedimiento de determinación de déficit excesivos. Hasta ahora, cuando se detectaba que un país había rebasado los límites del déficit permitido (el tres por ciento con respecto al PIB), Bruselas sólo podía lanzar recomendaciones a dicho país, y estas recomendaciones (como ocurrió en los casos de Alemania y Francia) podían ser rechazadas por una minoría de bloqueo en el Consejo. Con el nuevo plan, estas recomendaciones pasarán a ser propuestas serias de actuación, que no podrán ser rechazadas sino por la unanimidad del Ecofin. Así mismo, la constatación de que un país se encuentra en déficit excesivo será efectuada por el Consejo a propuesta de la Comisión. Algo que se mantiene es el ya mencionado límite en el déficit presupuestario, que vuelve a colocarse en un tres por ciento con respecto al PIB. En la Declaración relativa al Pacto de Estabilidad y Crecimiento que aparecerá en el acta final, los líderes europeos hablan del objetivo de estos pactos: unas finanzas públicas saneadas, en el marco de un desarrollo económico que deberá apuntalarse sobre la base del proceso de Lisboa, que prevé la modernización de la economía comunitaria. Para lograr esto, se incide en lo importante de una “política presupuestaria saneada a lo largo de todo el ciclo económico”. Como cada acción en la que está en juego el dinero, ha habido divergencias en dicho pacto. Así, países como Alemania, Italia o Grecia preferían que el poder de la CE sobre el PEC se redujera a la hora de controlar su cumplimiento. Por otro lado, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, se mostró a favor del pacto, alegando sus buenos resultados. Pues, según los cálculos de los servicios de la Comisión, sin la Unión Económica y Monetaria y el PEC, los déficit presupuestarios primarios en la Unión habrían sido un 0,9 por ciento del PIB mayores al año durante el período 1994-2003, y la deuda pública sería un ocho por ciento del PIB más que hoy. Almunia, incluso, ha declarado lo que habría acarreado no tener los pactos mencionados anteriormente: “Habría implicado gastar más en el pago de intereses que ahora podemos usar para otras cosas e implicado más problemas para el futuro, más deudas para nuestros hijos”.