ELECCIONES EUROPEAS
La confirmación de ¬ZP¬
Por Pablo A. Iglesias2 min
España14-06-2004
Diez millones de personas. Ésta es la gran diferencia entre las elecciones generales del 14-M y las europeas del 13-J. En marzo, más de 25 millones de españoles ejercieron su derecho al voto empujados por los atentados terroristas de Madrid. Esta vez, apenas 15 millones de ciudadanos han acudido a las urnas desmotivados por el escaso interés que suscitan las instituciones europeas.
Los comicios de marzo y junio guardan en común un único dato: la victoria del Partido Socialista. Todo lo demás son circunstancias bien distintas. El PP inició entonces la campaña electoral sabiéndose vencedor y la acabó con una derrota que nadie vaticinaba. Ahora ocurría lo contrario. El liderazgo de Mariano Rajoy estaba en juego y la cohesión interna pasaba examen el 13-J. Por su parte, el PSOE se conformaba en marzo con evitar la mayoría absoluta de los populares y terminó sentando a Zapatero en La Moncloa. Ahora llegaba con el deseo hundir políticamente al adversario y ha cosechado una victoria que José Blanco califica de "milagro". La otra gran diferencia entre las elecciones generales y las europeas es, sin duda, el atentado del 11-M. La masacre de la capital provocó entonces que la gente se lanzara a las urnas para ratificar la vigencia de la democracia. Ese incremento de la participación hasta los 25 millones de sufragios acabó con el sueño de Rajoy y facilitó el triunfo socialista. Unos se sentían engañados, otros cantaban de júbilo. Unos y otros han tratado de resucitar aquel espíritu. Pero han fracasado en el intento. El PSOE ha perdido más de cuatro millones de votos y ha visto reducido su porcentaje en más de medio punto. Por su parte, el PP ha cedido más de tres millones de sufragios aunque le han apoyado un cuatro por ciento más de los electores. Pero ni así ha ganado. Los ciudadanos han desatendido los argumentos sobre la guerra de Iraq, los datos sobre la autoría del 11-M e incluso las acusaciones de manipulación. Más de la mitad de los españoles no fueron a votar el domingo. Ahora, el resultado de estas elecciones sitúa a Zapatero y a Rajoy en una posición más cómoda al frente de su partido. El primero se ha confirmado como gran líder de los socialistas. El segundo ha maquillado la derrota lo suficiente para que el PP le elija presidente el próximo 3 de octubre en sustitución de José María Aznar. Después llegará el momento de que uno y otro demuestren su valía como dirigentes políticos. La próxima gran cita con las urnas será, si nada cambia, en las autonómicas y municipales de 2007. En tres años, pueden pasar muchas cosas.