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IRAQ

EE.UU. cerca Nayaf para capturar al clérigo Al Sadr ¬vivo o muerto¬

Fotografía
Por Chema GarcíaTiempo de lectura2 min
Internacional18-04-2004

Al menos 2.500 soldados de la Tercera Brigada del Ejército estadounidense tomaron posiciones para rodear la ciudad santa de Nayaf a unos 180 kilómetros al sur de Bagdad, donde se encuentra refugiado, líder radical chií Muqtada al Sadr, principal instigador de la revuelta que la semana anterior se saldó con la muerte de más de 600 personas y el secuestro de varias decenas de ciudadanos extranjeros.

Miembros de la coalición negociaron con representantes del clérigo para tratar de frenar en baño de sangre en el asalto norteamericanos de la localidad, considerada santa para los islamistas chiíes. El clérigo exigió la retirada de las tropas extranjeras de las zonas residenciales de la ciudad y la liberación de los prisioneros de su milicia antes de sentarse a una mesa de diálogo. Al Sadr se encuentra protegido por sus milicianos armados -las Brigadas del Mahdi-, quienes levantaron muros de cemento y barricadas en los alrededores de las principales mezquitas de la ciudad. “Nayaf es una ciudad santa. Respetamos el hecho de que haya una ceremonia religiosa en curso. Hemos hecho maniobrar a las tropas cerca de Nayaf para estar listos para preparar una ofensiva para eliminar a los últimos elementos de Sadr allí”, señaló el general Ricardo Sanchez, comandante de las fuerzas terrestres de la coalición, quien confirmó que la coalición busca al clérigo “vivo o muerto”. Pocos días antes, Al Sadr proclamaba en una entrevista concedida a la televisión libanesa Al Manar, vinculada al grupo chiíta Hezbolá, que está preparado para “morir en martirio” a manos de las fuerzas de ocupación desplegadas en Iraq. “Estoy listo para sacrificarme e insto a todo el pueblo (iraquí) a que mi muerte no signifique el fin de la lucha contra la libertad y el fin de la ocupación”, dijo Muqtada, quien días después volvió a realizar otras incendiarias declaraciones en su primera comparecencia pública en días: "no permitiremos a las tropas de ocupación que entren en Nayaf y en sus lugares santos, que les están prohibidos por nuestra religión (...). Estas tropas están allí para permanecer durante años y consolidar sus posiciones y no sirve de nada buscar compromisos”. "Deseo el martirio. Ayudadme a permanecer paciente y firme y sabed que esta guerra está dirigida contra vuestra confesión”, continuó. Mientras, el presidente estadounidense, George W. Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, aseguraron en una conferencia conjunta en la Casa Blanca, que no abandonarán Iraq “hasta que no hayan terminado su trabajo”. “El primer ministro y yo mismo hicimos nuestra elección: Iraq será libre, Iraq será independiente, Iraq será una nación pacífica y no vamos a titubear ante el miedo y la intimidación", señaló Bush, quien añadió que el clérigo radical debe disolver su milicia y responder ante la justicia sobre las acusaciones que le vinculan al asesinato de un líder religioso rival. Buena muestra de esta determinación expresada por ambos líderes fue confirmada por el secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, que informó de la prolongación de la estancia de 20.000 soldados cuyo regreso de Iraq estaba previsto para las próximas semanas tras un año de servicio. Asimismo, los mandos militares de Estados Unidos en el país solicitaron la semana pasada un incremento de tropas entre 12.000 y 20.000 soldados, que se sumarían a unos 135.000 efectivos que combaten la creciente resistencia iraquí.