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La coalición mantiene la fecha de traspaso del poder pese al recrudecimiento de la violencia

Por Chema GarcíaTiempo de lectura2 min
Internacional11-04-2004

El administrador civil estadounidense, Paul Bremer, confirmó la semana pasada que la coalición mantendrá la fecha prevista para el traspaso de poder a los iraquíes, fijada para el 30 de junio, a pesar de la insurrección chií que se produjo la semana pasada y que se saldó con la muerte de más de 450 personas, el secuestro de más de una docena de ciudadanos extranjeros y la pérdida del control por parte de las tropas de ocupación de varias de las ciudades iraquíes.

Bremer intentó restar importancia a los ataques llevados a cabo contra contratistas civiles extranjeros y aseguró que, a pesar de todo, la idea sigue siendo entregar el poder a final de junio. El administrador civil estadounidense tenía previsto comparecer ante un Comité del Senado pero finalmente canceló el viaje a Washington. En este sentido, reconoció: “tenemos problemas, no lo vamos a ocultar”. “Estamos en el camino de conseguir el Iraq que tanto los iraquíes como los estadounidenses quieren, un Iraq democrático”, añadió, Bremer, quien indicó que existen “grupos que no comparten esa visión, terroristas y gentes del antiguo régimen”. A pesar de ello, negó que la situación en Iraq sea comparable a la que se vivió en Vietnam al final de la década de 1960, tal y como sugirieron el candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, John Kerry, o el senador Edward Kennedy. Según Bremer, tal comparación es “completamente inapropiado” porque ambos países y ambas situaciones “no tienen nada en común”. Tanto el primer ministro británico, Tony Blair, como el secretario de defensa de EE.UU., Donald Rumsfeld, se manifestaron en el mismo sentido que Bremer. La coalición liderada por Estados Unidos se enfrentó durante la semana pasada a extremistas surgidos de la mayoría religiosa chiíta, espoleados por el dirigente radical Moqtada Al Sadr, así como a milicianos favorables al régimen de Sadam Husein. Tony Blair declaró desde Londres y tras reunirse con el ministro de Exteriores del Gobierno provisional iraquí Hoshyar Zedari, que la milicia de Al Sadr no tiene cabida en el nuevo Iraq y urgió a la coalición a mantener sus posiciones. Finalmente, la ministra francesa de Defensa, Michele Alliot-Marie, condicionó una mayor implicación internacional en Iraq a la intervención de Naciones Unidas. “La primera condición que ponemos para abordar cualquier papel en Iraq es que la ONU tenga la responsabilidad del conjunto de las operaciones, que haya un Gobierno iraquí legítimo, lo que esperamos ocurra lo antes posible, y exista una petición de ese Gobierno”, señaló.