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ZP: una lista de promesas para llegar al poder

Por Cristina Iglesias DíazTiempo de lectura3 min
España07-03-2004

Madrid, Pamplona, Murcia, Barcelona, A Coruña, Islas Baleares, Valladolid y Canarias han sido los destinos elegidos por el PSOE durante esta semana de campaña para presentar su programa electoral en la recta final. Promesas y más promesas que el dirigente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha comprometido a cumplir si llega al poder.

Durante los quince días en que transcurre la campaña electoral, los dirigentes políticos pasan más tiempo en el avión que en ninguna provincia en concreto. Y es que ser político en época electoral obliga a visitar cada una de las localidades de la geografía española para intentar ganar el voto de aquellas comunidades que se visitan. Éste es el caso del líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, que durante esta semana ha recorrido España de norte a sur para divulgar sus propuestas para la nueva legislatura. Zapatero visitaba el lunes Pamplona, donde comenzó su discurso anunciando al candidato popular, Mariano Rajoy, su negativa para discutir sobre política antiterrorista y afirmaba que el único objetivo de los socialistas es terminar con ETA y lograr el pacto que una a los demócratas para la lucha. Tras simbolizar al PSOE como la única vía de libertad para España y como palanca de cambio de la sociedad, Zapatero atacó a su opositor y declaró que en el PP los nervios estaban a flor de piel por lo que los populares no podían hacer otra cosa más que criticar a los socialistas utilizando como arma la política antiterrorista. Para terminar su discurso, Zapatero formuló una petición especial a los jóvenes pidiéndoles su voto para lograr el cambio de Gobierno, y terminar así con las faltas del PP. El mitin del día siguiente en Murcia continuó en la línea del de Pamplona. Las variaciones en el discurso llegaron de la mano del Plan Hidrológico Nacional. Zapatero empleó todas sus fuerzas en prometer a los murcianos que con el PSOE el agua y el tren de alta velocidad iban a llegar a la comunidad. El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno sumó a sus promesas nuevos mandamientos, como no matar, no mentir, no tolerar abusos sexuales, no robar y no usar el terrorismo, además de no especular con la vivienda. En el sexto día de campaña, el PSOE visitó Cataluña. Desde allí, Zapatero insistió en la libertad de los catalanes para pedir la reforma del Estatuto. Recordó también a los populares que el líder socialista, Pasqual Maragall, fue elegido libremente por los catalanes para gobernar la Generalitat. Además de prometer 180.000 viviendas anuales a precios asequibles hasta el 2008, cuando se le preguntó por la entrevista de Josep Lluís Carod- Rovira con miembros de ETA, Zapatero confirmó su oposición ante esta reunión y confirmó que Carod- Rovira ya ha pagado por su error. Respecto a ir en listas conjuntas con ERC al Senado, Zapatero especificó que esta técnica ya se utilizó en las pasadas elecciones generales para lograr el voto progresista intentando que fuera mayoritario. Terminó su intervención afirmando que la mejor forma de combatir el terrorismo es hacerlo por la vía policial. El jueves, durante el mitin en el palacio municipal deportes de Son Moix en Palma, ante cerca de 4.000 personas, el líder socialista comenzó su discurso con palabras para Rajoy. Recordó algunos de sus fracasos durante su gestión en el Gobierno, como el desastre del Prestige y su engaño respecto a la guerra en Irak. Utilizó los datos del sondeo realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas, según el cual el PP ganaría las elecciones con un resultado muy justo y el PSOE ganaría puntos respecto de años anteriores. El viernes le tocó el turno a Valladolid. Tras un viaje en autobús junto a los periodistas que seguían su caravana electoral, Zapatero repasó la primera semana de campaña. Destacó de esos siete días el deseo de cambio radical de Gobierno de los españoles, por lo que advirtió que en las elecciones del 14 de marzo el PSOE iba a obtener un alto respaldo. Al día siguiente, le tocó el turno a Las Palmas de Gran Canaria y a Tenerife, donde prometió ir a descansar tras las elecciones. Continuó con su táctica de pedir el voto para lograr el cambio, además de asegurar que no respondería con más insultos a los ataques que sufrieran por parte del PP.