LIBERALISMO
La República Popular China incluirá en su Constitución un pilar básico del capitalismo
Por Eva Olarte1 min
Economía06-03-2004
Desde aquel nefasto episodio de la primavera de 1989, nadie imaginaba que la pekinesa plaza de Tiananmen pudiera algún día verse convertida en todo un símbolo de la reforma del Comunismo Chino. Sede de la Asamblea Nacional Popular China (ANP), fue testigo, hace ahora un año exacto, de la propuesta de una nueva enmienda a la Constitución de 1982 (la cuarta en lo que lleva de vida), por la que quedaría reconocido, por primera vez en la historia de un país de inspiración marxista, el derecho a la propiedad privada.
Los casi 3.000 legisladores que componen el máximo órgano de poder de la República Popular decidirán el próximo 14 de marzo la aprobación o desestimación de dicha enmienda. Sin embargo, y, a pesar de los enfrentamientos que se han originado en el seno del Partido, nada parece apuntar hacia aquella última posibilidad. Al menos, así lo dejó ver el Primer Ministro, Wen Jiabao, durante la reunión anual de la ANP que se celebró el viernes de la semana pasada. En su discurso sobre el Estado de la Nación, Jiabao declaró que, a pesar de los buenos resultados económicos que había traído el 2003 (el Producto Interior Bruto aumentó en China un 9,1 por ciento), aún resta mucho por hacer para frenar los desequilibrios sociales. La nueva enmienda, además de favorecer a los empresarios, ofrece protección a los campesinos, que representan los dos tercios de la población china y que, desde mediados de los 80, vienen siendo víctimas de expropiaciones masivas sin derecho a indemnización. Expertos economistas y letrados chinos ven con buenos ojos la reforma, pues convierte a los empresarios privados –antes enemigos del sistema- en piezas fundamentales de la economía del país y, sin duda, contribuirá a evitar todo tipo de acciones delictivas ligadas a la actividad empresarial. Sin embargo, allí donde muchos observan un gran paso aperturista, otros no conciben más que un cambio formal que sigue encerrando viejas prácticas represivas. En efecto, la enmienda declara que no será violada “la propiedad privada obtenida por medios legales”, y es aquí donde se esconde la trampa, ya que, en última instancia, será el sistema jurídico, controlado por el Partido Comunista, quien determinará los grados de legalidad en la adquisición de bienes.