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COREA DEL NORTE

El fin de la autarquía llega a Corea del Norte

Por Eva Pozueco TurabiánTiempo de lectura1 min
Internacional29-02-2004

Años y años de autarquía pasan a la historia. Corea del Norte se ha abierto a la economía mundial paulatinamente: ya en 1984 acepta la inversión desde el exterior y, de forma directa, a partir de 1999.

La liberalización de la economía está empezando a sanear a un país que ha pasado años sumido en la miseria. Las empresas tienen carta blanca para conseguir inversiones en el extranjero. También está en el punto de mira los capitales de empresas ubicadas en EE.UU. Fue realmente a finales del pasado verano cuando se dio el paso definitivo para la liberalización. La elección de un nuevo equipo dirigente plagado de expertos, en gestión económica y nuevas tecnologías, ayudó en sobremanera. Tampoco hay que olvidar que Corea del Norte es un territorio rico en recursos nacionales que pueden ser una gran ayuda para que el país despegue e, incluso, despunte como uno de los territorios más importantes en Asia. Los inversores extranjeros saben que Corea del Norte es una inversión segura: ofrece unos bajos intereses corporativos y, además, puede exportar productos a Corea del Sur con la ventaja de que no paga aranceles por ello. Pero alrededor de esta atmósfera de renovación flota la sombra de la crisis nuclear. De hecho, muchos países se resisten, a pesar de todo, a invertir debido a las aspiraciones nucleares de Corea del Norte y a su régimen dictatorial. Precisamente, la cuestión atómica llevó a Corea del Norte a reunirse en Pekín con representantes de Corea del Sur, Rusia, Japón, China y EE.UU. Este último pidió a las autoridades norcoreanas el desarme nuclear y la paralización de la producción. La reunión sirvió, principalmente para contactar entre los representantes y poner las cartas sobre la mesa, pues no hubo concesiones por ninguna de las partes pero mantienen la intención de seguir negociando.