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EMPRESAS

Parmalat utilizó su filial en Brasil para ‘lavar dinero’

Por Raquel IbáñezTiempo de lectura1 min
Economía27-02-2004

Nadie se imaginaba cuando se desató en diciembre el fraude de la compañía Parmalat que se iba a convertir en el mayor escándalo financiero de la historia italiana. Detenciones, dimisiones, registros, e incluso suicidios, han acompañado a este caso en los últimos meses, pero sobre todo una pregunta: ¿Dónde está el dinero?.

La cantidad desaparecida asciende ya a 14.500 millones de euros. Mientras, las fiscalías de Parma y Milán se encargan de responder a la pregunta y de encontrar a los culpables, sospechando de influyentes políticos italianos como Silvio Berlusconi o Romano Prodi. En Brasil, el juez Carlos Henrique Abrao ha declarado en una entrevista con el diario La Repubblica que la estructura de la filial italiana fue utilizada para operaciones de reciclaje. Según el magistrado, el que fuera presidente durante 11 años de Parmalat Brasil Indústria de Alimentos, Gianni Grisendi, "parece haber estado a la cabeza de toda la red". Grisendi es actualmente el representante de Bombril Holding, la filial brasileña de otro grupo italiano con problemas que es Cirio, especializada en latas de conserva de tomate. A pesar de haber emitido obligaciones por 150 millones de euros, Cirio, que tiene un volumen de negocios de más de 1.000 millones de euros, se declaró insolvente a finales del 2002. Parmalat en Brasil emplea directamente a 6.000 personas en sus ocho plantas brasileñas, y opera bajo cuatro marcas principales: los productos lácteos Parmalat, Batavo y Gloria, los zumos de frutas Santal y las salsas y postres Etti. Desde que la filial, el pasado diciembre, suspendiera el pago a sus proveedores y redujera su producción en un 80 por ciento, la división de producción en Brasil está bajo control de la Justicia. Fue el juez Abrao el que destituyó a toda la dirección de la compañía, cuyas deudas se calculan en 160 millones de dólares, y designó a Keyler Carvalho Rocha, ex presidente del Banco Central brasileño, para administrar la compañía mientras esté bajo tutela judicial.