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RUSIA-CHINA

China y Rusia firman un pacto de amistad y buena vecindad

Fotografía El presidente ruso, Vladímir Putin

El presidente ruso, Vladímir Putin

Por Pablo FernándezTiempo de lectura1 min
Internacional16-07-2001

Los presidentes ruso, Vladímir Putin, y chino, Jiang Zemin, firmaron el pasado lunes un acuerdo de colaboración que pone fin a décadas de recelos entre las dos potencias. La alianza es una advertencia a Estados Unidos y a su proyecto de escudo antimisiles. Pero hay otras razones para tomarse en serio este pacto.

Rusia y China han estado enfrentadas durante muchos años por cuestiones fronterizas y territoriales. Sin embargo ahora sus líderes se han declarado "amistad eterna". La razón de este cambio de actitud se debe a que tanto Putin como Zemin se han dado cuenta de que se necesitan mutuamente para poder hacer frente a la hegemonía de Occidente. Ambos países se quejan de la prepotencia de Estados Unidos y Europa que, según ellos, se amparan en la intervención humanitaria y la soberanía limitada para intervenir allí donde les interesa, "minando las normas básicas del derecho internacional". En lo que afecta a su convivencia, Rusia y China se comprometen a reducir la presencia militar en la frontera que comparten para, poco a poco, ir reforzando su confianza. Esa buena voluntad se refleja en un gesto: Moscú reconoce la soberanía de Pekín sobre Taiwán. También se dan libertad de actuación en política internacional. Cada uno tiene el permiso del otro para actuar en cualquier asunto que afecte a sus intereses en el extranjero. Además, se apoyarán "en caso de situaciones extraordinarias o amenazas contra su seguridad". No menos importante es el apartado económico del acuerdo suscrito. Los dos países pretenden incrementar el intercambio comercial entre ellos. Actualmente el comercio entre China y Estados Unidos es 15 veces mayor que el que existe entre Pekín y Moscú. Estos son los apartados que se conocen del acuerdo. Probablemente, aunque Putin y Zemin lo niegan, exista algún punto secreto en materia de defensa. Ambos se han comprometido a no emplear armas nucleares, pero la amenaza del escudo antimisiles parece poner nerviosos a los ejércitos de estos dos países.