AMÉRICA
Embargan inmuebles argentinos en EE.UU. a petición de antiguos acreedores
Por Ana Romero Vicente1 min
Economía15-02-2004
La buena noticia de que Argentina está recuperándose con celeridad ha sido la excusa para hacer nuevas peticiones. Los acreedores privados, a los que el país andino debe más de 88 millones de dólares, se han acercado a la fuente de los reclamos por antonomasia, el Ministerio de Economía argentino, para solicitar la devolución de al menos el 65 por ciento de su dinero aprovechando el tirón que la economía andina está dando.
El presidente de la nación, Néstor Kirchner, no ha podido negarse porque las presiones también le han llegado de otro frente, el Grupo de los 7. Los países más ricos del mundo, y accionistas del Fondo Monetario Internacional (FMI), han exigido con más ahínco que nunca que Argentina satisfaga a sus antiguos acreedores lo antes posible, ya que forma parte de los deberes que la nación debe hacer para seguir recibiendo su ayuda. Kirchner ya había planteado una propuesta más sostenible, que los acreedores aceptaran un bono atado al Producto Interior Bruto (PIB) del país, por lo que se les pagaría más o menos en función del crecimiento del país. Pero esta oferta no parece satisfacer a los acreedores, como tampoco lo hace la que está vigente, una quita del 75 por ciento que supone la devolución de 25 centavos por cada dólar que les debe. La falta de un diálogo constructivo y un acuerdo entre el Ejecutivo argentino y los acreedores ha agudizado las tensiones. En concreto las de los estadounidenses, que ya han empezado a tomarse la justicia por su mano. De momento, han conseguido que varios inmuebles argentinos en territorio norteamericano hayan sido embargados. Aunque el gobierno argentino va a recurrir esta sentencia, sabe que tiene que tomar cartas en el asunto y solventar las diferencias con los acreedores. Por ello, ya ha encargado a tres bancos, Merrill Lynch, UBS y Barclays, la negociación de la reestructuración de la deuda frente a los acreedores europeos y americanos. Un paso muy beneficioso para Argentina a ojos del FMI, ahora que está a punto de decidir si aprobar, según lo acordado en septiembre, la revisión que liberaría dinero del programa para Argentina.