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CARBURANTES

Competencia investigará de nuevo a las petroleras por supuesta discriminación de precios

Por Paula Escalada MedranoTiempo de lectura2 min
Economía23-01-2004

Las petroleras vuelven a estar en el punto de mira. Una nueva acusación recae sobre ellas y aumenta el trabajo del Servicio de Defensa de la Competencia (SDC). Esta vez: supuestos favoritismos a sus distribuidores abanderados. De ser así, se estaría más cerca de descubrir el enigma de los altos precios de los carburantes en España, muy por encima de la media de la Unión Europea (UE).

La alarma surgió el pasado mes de diciembre en una comparecencia de José Folgado, secretario de Estado de Energía. Folgado ofreció datos que reflejaban una anómala situación de creciente distancia entre los precios de los carburantes en la UE y en España. El secretario de Energía acusó a las petroleras de un posible pacto en sus precios, y amenazó con una investigación exhaustiva. Desde entonces, las presiones del Ministerio de Economía a las grandes empresas petroleras, no han hecho sino aumentar. La semana pasada, una nueva acusación pasaba a engrosar la lista de las empresas del sector. La Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES) solicitaba la reapertura de una denuncia interpuesta en 1995 a las compañías Repsol, BP y Cepsa. La CEEES las acusaba entonces de vender el combustible más barato en gasolineras abanderadas por ellos, así como en las de algunos centros comerciales, frente a las que sólo tienen un contrato de exclusividad. La denuncia fue archivada y en 1998 se solicitó su reapertura, pero las petroleras consiguieron aplazar el caso hasta ahora. El supuesto problema se encontraría en los contratos que las empresas petrolíferas establecen con sus distribuidores. En ellos debe existir una cláusula que asegure que los precios que cobran a las gasolineras sean inferiores o cercanos a los de la media cobrados por otras en la misma zona geográfica. Con esto, una gasolinera tiene más facilidad para competir en los precios con la vecina y aumentar o no sus beneficios. Y, sin esto, las gasolineras no tienen apenas márgenes de beneficios y se ven obligadas a poner unos precios altos de salida al mercado. De confirmarse estas sospechas por la SDC, las consecuencias en el sector serían imprevisibles, y las pérdidas de las empresas mencionadas, millonarias.