Zapatero rechaza la propuesta de Ibarra de "acabar" con "la pesadilla de los nacionalismos"
Por Raúl Romero Martín2 min
España13-01-2004
El PSOE no respalda la idea del presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, en el sentido de que los partidos nacionalistas queden excluidos del Congreso. Ibarra lleva años intentando que se escuche su tesis de que habría que exigir un 5 por ciento de los votos, a nivel estatal, para tener representación en el Congreso. Con ello, sólo ocuparían escaño en la Cámara Baja PP, PSOE e IU.
No es cuestión de partidos. Ni de personalidades. La política española tiene un problema de fondo que vuelve a plantearse cada vez que se debate la organización territorial del Estado. Ya sea el Partido Popular o el Partido Socialista, José María Aznar o Rodríguez Ibarra, Mayor Oreja o José Bono. Con la mirada en Congreso que a nivel estatal reunía el fin de semana a los socialistas en Madrid, el viejo líder extremeño no ocultó su idea: "Si somos capaces -dijo- de que estos señores sólo tengan representación territorial dentro del Senado, para que no especulen con sus votos, dentro de diez años los nacionalismos no tendrán cabida ya". Ibarra considera inverosímil que "llevemos tanto tiempo discutiendo sobre el tripartito catalán y nadie discuta sobre los problemas de los españoles". En este sentido, la enmienda que quería presentar al programa electoral del PSOE pretendía que el partido en cuestión deba obtener al menos el cinco por ciento de los votos del total del censo nacional y, de no obtenerlos, no tener representación aunque en su territorio saque el 90 por ciento de los votos", explicó Ibarra. Por ello, cree que "si usted representa a un partido nacionalista o regionalista, usted debe ir al Senado, porque el Congreso representa la soberanía nacional, y si usted no tiene representación nacional pues no tiene sitio en el Congreso". Asimismo, Rodríguez Ibarra aseguraba a mediados de semana que esta enmienda serviría para "poner los pies en la pared y frenar, porque sino este país terminará siendo una suma de nacionalismos, y eso es ingobernable". Dos días después de presentar su propuesta y tras una conversación con Zapatero en la que el jefe de la oposición le aclaró que "respetaba su propuesta, pero no estaba de acuerdo con ella en absoluto", el extremeño abandonó su propósito. "Me he equivocado" porque la iniciativa no ha logrado apoyos, aunque subrayó que "dentro de 10 años se debatirá esta cuestión" Argumentó que hizo la propuesta "honradamente" porque pensaba que numerosos sectores, entre los que mencionó al PP y al Partido Socialista de Euskadi, estaban preocupados por las consecuencias del Plan Ibarretxe. Desde el Gobierno se consideró la propuesta de Ibarra como "otra muestra de inconsistencia" en las filas del PSOE. El vicepresidente primero y ministro de Economía, Rodrigo Rato, aseguró que el PSOE "era la semana pasada el abanderado de los nacionalismos y en contra de las propuestas del PP, y ahora resulta que Ibarra, uno de los miembros del equipo de Rodríguez Zapatero, nos propone hacer la mayor reforma electoral que se ha hecho, precisamente en contra de lo que su partido llama la España plural". "No podemos entrar en discusiones con un grupo que no sabe lo que quiere y que nunca dice lo mismo en el plazo de una semana", sostuvo Rato, quien agregó que el PSOE "debe tomarse las cosas con un poco más de seriedad".