Australia: la pasión por la Davis
Por Juan Diego Gómez
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Deportes28-11-2003
En el país de las Antípodas, la Copa Davis es algo más que una competición. La pasión de los australianos por el deporte de la raqueta se traduce en los 28 títulos que adornan una de las vitrinas más laureadas del tenis mundial.
La Copa Davis significa para los australianos un acontecimiento deportivo sólo comparable con el Mundial de rugby o la liga del deporte nacional por excelencia, el fútbol australiano. Desde que en 1907, cuando el país aún se llamaba Australasia, los australianos consiguieran su primer título no han parado de tener un protagonismo especial en una competición tan singular. La historia del tenis australiano la han labrado nombres convertidos en leyendas como Rod Laver, Roy Emerson, Fred Stolle, Tony Roche y John Newcombe, estos dos últimos capitanes en la final de la Davis que ganó España en el año 2000, o el gran héroe de los años 90, Patrick Rafter. Los australianos se presentaban en la final con jugadores experimentados, y lo más importante, expertos sobre hierba. Lleyton Hewitt era, de largo, el que más ganas tenía de revancha contra España, después de su derrota en la histórica final del Palau Sant Jordi contra Ferrero. Durante esta temporada pasó casi desapercibido, e incluso llegó a pensarse su retirada después de un calvario de lesiones. El que fue número uno en 2001 y 2002, esta vez, preparó la eliminatoria a conciencia. Mark Philippoussis, el número uno australiano, es un especialista en los saques. El de Melbourne está complentando su mejor temporada, y prueba de ello es que fue finalista en Wimbledon y se quedó a las puertas de participar en el Torneo de Maestros. Todd Woodbridge es toda una leyenda en la historia de los dobles: muchos lo consideran uno de los mejores de la historia en esta especialidad. Wayne Arthurs es el menos brillante de los que conforman el equipo de la Davis. Su única arma es un buen saque, por lo que es un complemento perfecto para Woodbridge –tras la retirada de Mark Woodforde– en los dobles.