ORIENTE PRÓXIMO
La expansión y políticas israelíes levantan críticas en la región
Por Salva Martínez Más2 min
Internacional02-11-2003
La comunidad internacional le critica, el mismo jefe del Estado mayor dice del partido gubernamental, el Likud, que su política es “destructiva”; y sobre el conflicto, los nuevos proyectos para la paz podrían desorientar al premier israelí. Aún así, la ocupación ilegal continúa y se expande.
El número de nuevos alojamientos en territorio colono israelí no deja de aumentar. A finales de octubre, el Ministerio de Infraestructuras israelí permitía que la colonia de Karnei Shomron, en Cisjordania, construyera 143 nuevas viviendas. De igual forma, en el barrio colono Givat Zeev, en la parte oriental de Jerusalén, la veda se ha levantado con tal de construir hasta un total de 180 nuevos alojamientos. En esta misma lógica, el Ministerio de Defensa cambió esta semana el status de tres colonias ilegales: ahora son “colonias permanentes”. También como represalia, el último fin de semana de octubre, un complejo de tres edificios de la Autoridad Nacional Palestina era destruido. En él no vivía nadie, pero aun así, alrededor de 2.000 personas que habitaban los alrededores tuvieron que ser desalojadas. Se consumaba así “violación del derecho internacional” según Terjed Roed-Larsen, el coordinador de las Naciones Unidas en Oriente Próximo. Son ejemplos del poco respeto que se tiene al plan de paz, la Hoja de Ruta, -que tenía como primer objetivo paralizar las represalias y la violencia terrorista, así como la ocupación ilegal- lo que lleva a pensar en otras posibilidades para pacificar el conflicto israelo-palestino. La última en ser presentada es el pacto de Ginebra. Todavía no es oficial, pero a partir del día 10 de noviembre podría lanzarse como nueva solución. El pacto de Ginebra es el resultado de dos años de negociaciones entre personalidades israelíes y palestinas; entre ellos antiguos ministros laboristas, así como intelectuales palestinos, como el recién fallecido Edward Said. Ariel Sharon calificó al plan como “vanal” e invitó a “impedir la ayuda de los países europeos” para promocionar dicho plan, en una clara alusión a los siete millones de dólares que Francia y Bélgica estudian aportar en favor del pacto. También es el premier israelí quien viajará los tres primeros días de noviembre a Moscú para tratar que Rusia se retracte en su intención de hacer de la Hoja de Ruta, una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Lo que a juicio del actual Ejecutivo israelí “dañaría las oportunidades” para la consecución de la paz.