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ENTIERROS

La muerte, un gran negocio para las funerarias

Por Alfredo López ZamoraTiempo de lectura2 min
Sociedad30-11-2003

"Morir.¿Caer como gota de mar en el mar inmenso? ¿O ser lo que nunca he sido: uno, sin sombra y sin sueño, un solitario que avanza sin camino y sin espejo?". Estas palabras de Antonio Machado reflejan el cambio del punto de vista de la muerte en las últimas décadas. En la actualidad se ha convertido en un negocio que pretende sacar el máximo dinero a los familiares apenados por la pérdida de un ser querido.

El informe elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha revelado que el gasto medio de enterrar a una persona ronda los 2.300 euros. Barcelona se sitúa como la ciudad más cara de España. Por el contrario, Zaragoza y Málaga son las más baratas. La situación se agrava porque aún, desde la liberalización del sector en 1996, existen situaciones de monopolio que hacen que los precios se disparen. Barcelona ha incrementado en los últimos años los precios en un 55 por ciento, subiendo la cifra a 3.298 euros de media por enterrar a un familiar, mientras en Málaga el coste se queda en los 1.330. La OCU ha denunciado la "falta de información y transparencia" en las que incurren "tanto las funerarias privadas como las de participación pública". Afirma que la "muerte es un tema tabú y muchas empresas se aprovechan de las circunstancias en las que se desarrolla su negocio para obtener beneficios y en estos casos el abuso es particularmente grave". El triste acontecimiento hace que "los familiares no presenten reclamaciones sobre este sector, únicamente consultan sobre cuestiones puntuales". Sólo el precio medio de un féretro ronda los 500 euros, dependiendo de los materiales y acabados que pueden subir esta cifra notablemente. El velatorio no baja de 193 euros, el coche fúnebre ronda los 125 euros, las coronas de flores los 120 euros, la publicación de esquelas 361 euros. A ello se añade un larguísimo etcétera que mantienen este negocio a flote. Las funerarias, desde 1996, tienen obligación de que las tarifas aparezcan en un lugar visible de la empresa. También deben tener un libro de reclamaciones e información sobre las formas de pago. Por esto la OCU recomienda la contratación de un seguro de deceso, una póliza que se paga a plazos y cubre todos los gastos de fallecimiento. Así se rompería con este negocio que se aprovecha del dolor de las personas para obtener el máximo beneficio.