Perfil de los afectados por estas enfermedades
Por Gema Cubo Cabrera1 min
Sociedad17-09-2003
La anorexia y la bulimia no son fáciles de detectar. Las personas que las padecen intentan por todos los medios ocultarlas. Según la Ministra de Sanidad y Consumo, Ana Pastor, "las madres españolas descubren la anorexia antes de los seis meses y la bulimia antes del año, pero falta prevención". La mayor parte de los casos se dan en chicas de entre 14 y 18 años, edad a la que comienzan a presentarse los primeros síntomas.
Las personas enfermas de anorexia o bulimia suelen ser mujeres jóvenes, estudiosas y muy exigentes. Están obsesionadas con engordar y se miran al espejo de manera constante, donde aprecian una imagen distorsionada de sí mismas. Normalmente se comienza por consumir alimentos light, calcular de un modo excesivo las calorías, evitar comer en público o saltarse las comidas. Esto va acompañado se un extenuante ejercicio físico que persigue el mismo fin, verse más y más delgadas. Otros síntomas que delatan estos trastornos son la amenorrea o falta de la regla en la mujer, debido a la bajada de peso, que suele ser superior al 15 por ciento. También es común el insomnio y los cambios de carácter, ya que el enfermo se vuelve muy irascible. Para los especialistas estos problemas son en muchos casos una consecuencia de la ansiedad que provocan los conflictos en el vínculo familiar, unido a la influencia del medio social. La persona sufre además una baja autoestima, por lo que busca en el exterior imágenes de lo que podría llegar a ser y se propone metas físicas inalcanzables. Los enfermos a veces mantienen contacto con otras personas que padecen su mismo mal. Pero ésto no es siempre positivo. Recientemente han proliferado en la red foros donde los anoréxicos aportan y encuentran trucos para perder peso, los laxantes más eficaces y hacen apología de la delgadez extrema. Esto resulta especialmente preocupante pues el 10 por ciento de los enfermos de anorexia y bulimia mueren por desnutrición. Los psiquiatras aconsejan un tratamiento profesional además de intentar comprender y escuchar a la persona enferma, para que puedan ver otros intereses más allá de la figura y la comida.