VUELTA A ESPAÑA
Nozal salva la falta de espectáculo
Por Miguel Venegas3 min
Deportes14-09-2003
Mucho ruido y pocas nueces hubo en la primera semana de la Vuelta de 2003. La dureza de los puertos de montaña ha evidenciado el cansancio de los gallitos y ha dado como resultado un espectáculo algo descafeinado, con llegadas en alto en las que todos los aspirantes iban de la mano. Pero sobre todo, la primera semana de competición ha servido para destapar a un chaval que se ha colado en el grupo de los elegidos y ha demostrado ser el más fuerte.
Isidro Nozal comenzaba la semana escondido en el liderato, de forma provisional, junto a sus compañeros del ONCE. El cántabro debía haberse vestido de oro en Santander, pero tuvo que esperar a la llegada a Burgos, donde una escapada lo situó como líder en solitario. Pero iba a ser dos días después, en la contrarreloj de Zaragoza, donde iba a destapar el tarro de las esencias y volar sobre la bicicleta, mejor aún que los especialistas como David Millar (del Cofidis), Igor González de Galdeano y Aitor González, y con su victoria se consagraba como jersey oro. Ni siquiera la alta montaña le podría arrebatar el jersey de líder. Al contrario: los Pirineos le iban a dar alas, a pesar de una primera etapa, con final en Cauterets, en la que su celo de gregario le hizo gastar más fuerzas de la cuenta para ayudar a Igor González de Galdeano. La falta de aliento de los grandes aspirantes consagraba a Nozal como favorito: ni Roberto Heras, ni Manolo el Triki Beltrán, ni Aitor González podían dar todo lo que querían, mientras González de Galdeano, teórico jefe de filas de Nozal, aguantaba con entereza, como podía, el asedio de los escaladores. Tampoco iban a dar más de sí las etapas pirenaicas. Óscar Sevilla caía, renqueante de una caída en las primeras etapas, Ángel Casero agachaba la cabeza y el resto atacaba con escasas fuerzas y menor fortuna todavía. El Kelme se salvó de la quema gracias a Alejandro Valverde, un joven que ha llegado con gran progresión. El espectáculo puro y duro sólo lo puso Nozal, aunque su compañero Joaquín González ganó también en Pla de Beret, mientras que Alessandro Petacchi se burlaba de los sprinters y se llevaba dos victorias para apuntalar su récord de victorias en las tres grandes vueltas, 12 en una sola temporada -no ocurría algo así desde 1958-, mientras que el danés Michael Rasmussen (del Rabobank) aportaba su calidad en la alta montaña. Las escapadas dieron su minuto de gloria a Unai Etxebarría y Unai Osa, que se llevaban su premio a la valentía. Por lo demás, sobre todo con el paso por Francia, en la mente sobrevuelan las imágenes del último Tour, en el que el espectáculo lo puso la lucha entre los ciclistas: los favoritos están separados por menos de cinco minutos, mientras que Sevilla pierde 10'40" y Casero casi una hora y media con respecto al líder. Ciclistas de renombre como Alex Zülle (del Phonak), el belga Frank Vandenbroucke (del Quick Step), el sprinter Jan Svorada (del Lampre) y el australiano Cadel Evans (del Telekom) ya han echado pie a tierra, mientras que Richard Virenque (del Quick Step) fue excluido por los jueces por agarrarse a un coche en una subida.