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Barça: de vuelta a los títulos

Por La Semana.esTiempo de lectura2 min
Deportes27-04-2003

Esta temporada, el Barcelona ha recuperado buena parte de la imagen de ganador que había perdido los dos años anteriores. De lograr el título de la Copa EHF, el conjunto que entrena Valero Rivera completaría sus vitrinas con el único título continental que le falta, después de haber disputado su décima final europea consecutiva.

Después de ganar cinco copas de Europa consecutivas –entre 1996 y 2000– y dos Recopas –las de 1993 y 1994–, el Barcelona había salido derrotado de sus últimas finales, disputadas contra el Portland San Antonio y el Flensburg alemán, en la Liga de Campeones y la Copa EHF respectivamente. Aunque Valero Rivera reconoce que no se puede ganar siempre, la exigencia de títulos en el Barcelona es un hecho, y después de dos temporadas sin ganar ninguna gran competición –ni la Liga ASOBAL, ni la Copa del Rey–, debido en buena medida al refuerzo de sus rivales, el entrenador azulgrana decidió renovar la plantilla. La base del Barça, líder destacado de la Liga ASOBAL, la constituyen los veteranos David Barrufet, en la portería, Andrei Xepkin, como pivote, el capitán, Enric Masip, y el lateral Xavier O’Callaghan. Los laterales Antonio Carlos Ortega y Antonio Hernández completan la espina dorsal del equipo, que ha incorporado a numerosos jugadores de la cantera: el pivote Víctor Medina, de 19 años; los extremos Víctor Tomás y Valero Rivera –hijo–, de 17, y los laterales Viran Morrós y Míkel Aguirrezabalaga, ambos de 18 años. Además, otros siete jugadores foráneos refuerzan el equipo: el extremo Matthias Franzen y el portero Fredrik Ohlander, ambos suecos; los noruegos Frode Hagen –central– y Glenn Solberg –lateral–, el lateral zurdo húngaro Lazslo Nagy, el pivote yugoslavo Dragan Skrbic y el lateral francés Jerôme Fernández. En la Copa EHF, el Barcelona comenzó la competición en tercera ronda, en la que se deshizo de un equipo bosnio, el Izvidac Ljubuski, ganando por 27-31 en la ida y 39-19 en la vuelta. También ganó los dos partidos de octavos de final, contra el Tusem Essem alemán: 36-26 en la ida y 28-32 en la vuelta. En cuartos de final, el conjunto culé goleó al Granitas Kaunas de Lituania: 25-33 y 34-25, respectivamente. En semifinales el rival fue la revelación de la competición, el debutante Altea, que sucumbió igualmente por 29-20 y 30-22 en los dos partidos. El Dynamo Astrakhan, su rival en la final, dio la sorpresa al eliminar al potente Dunaferr húngaro: los rusos perdieron el primer partido por 25-23, pero supieron remontar en la vuelta, que ganaron por 30-27.