AFGANISTÁN
Detenidos los asesinos de Julio Fuentes
Por Cristina Fuertes1 min
Comunicación27-04-2003
El Ministerio afgano del Interior ha anunciado en Kabul la detención de cinco personas, las cuales están relacionadas con el asesinato de los cuatro periodistas que murieron en medio de la contienda de Afganistán. Entre ellos se encontraba Julio Fuentes, enviado especial de El Mundo.
En noviembre de 2001 la muerte se cruzó en el camino de cuatro periodistas que se dirigían a Jalalabad y a la frontera pakistaní. Una emboscada en la arenosa carretera que une Kabul con Sabori detuvieron a los combatientes, donde acto seguido les dispararon. Entre los periodistas se encontraba el enviado de El Mundo, Julio Fuentes, el cual se encontraba cubriendo la eventual guerra que EE.UU. había proclamado a Afganistán. Dos años después del conflicto, es ahora cuando el Ministerio de Interior de Afganistán afirma haber detenido en Kabul a cinco personas sospechosas de haber disparado a los cuatro profesionales, según ha anunciado un responsable del servicio de información a la agencia oficial Bakhtar. Las detenciones se habían llevado a cabo hacía tiempo, pero no se llegaron a hacer públicas hasta que las fuerzas de seguridad hubieran capturado a todo el grupo. La captura de todos los componentes que participaron en el asesinato del periodista Julio Fuentes, Maria Gracia Cutulli, el cámara australiano Harry Burton y del fotógrafo afgano Azizulá Haidary ha sido gracias a la información que se obtuvo del primer capturado, se pudo llevar a cabo la detención del resto. Según Amrulá Salahi, un alto funcionario del servicio nacional de información afirmó que los detenidos confesaron ser ellos los que llevaron a cabo el asesinato de los cuatro periodistas. A pesar de que se encuentran en el poder de los servicios de seguridad de la policía, la madre de la enviada del II Corriere della Sera, Maria Gracia Cutulli, asesinada junto a sus tres compañeros, señaló tener la esperanza de que se haga justicia con los detenidos. Sin embargo, mostró una escasa confianza a que se castigue justamente el crimen, ya que en el actual Afganistán no hay ley ni gobierno.