ARGENTINA
La trama de un engaño
Por Alberto Bastia ARGENTINA/Gema Diego3 min
Economía27-04-2003
El teatro rebosa de público. Hace horas que esperan la función. Se oscurece la sala. A escena los actores. Cinco varones y dos mujeres ocupan sus sitiales. Uno de ellos, varón por cierto, repantigado en un sillón. Los espectadores han reconocido a los artistas. “Pero si es ...”, se escucha desde las primeras butacas. “Silencio”, vociferan desde el fondo. “Escuchen lo que tienen para decirnos”, rematan. Sepulcral silencio.
Una de las féminas lleva como atuendo el de un batracio anuro. El resto, salvo quien está sentado, visten como escorpiones. Carlos Saúl y Ricardo muestran con orgullo su aguijón. Néstor, Adolfo y Elisa, lo disimulan bajo su ropaje. La rana, innominada, les pide que la ayuden a cruzar el imaginario río. Luego de unos segundos de silencio y tras acalorada discusión Ricardo accede gentilmente a la demanda. Carlos Saúl, cansado de haber transportado a millones de batracios, observa la escena. En la mitad del cruce, sucede lo ya conocido. El escorpión clava su aguijón sobre el lomo de la inocente rana. “Por qué lo hiciste”, pregunta el batracio casi sin aliento. “No lo puedo evitar. Está en mi instinto”, le responde Ricardo. Desde la orilla del imaginario curso de agua el resto de sus pares guarda silencio. John, deja el cómodo sillón y en un español mechado con palabras en inglés dice: “Ahora voy recoger dinero de las entradas”. Las luces se encienden. Fin de la obra. Domingo 27 de abril. La ficción se convierte en realidad. Más de 25 millones de electores, muchos sin atuendo pero ranas al fin, estarán habilitados para elegir un nuevo Presidente. Claro que no todos los aspirantes son escorpiones, pero tantos son los desprevenidos que no conocen el cuento narrado. Uno de ellos, el peronista Carlos Saúl Menem es un experto escorpión. El otro, el ex radical Ricardo López Murphy, aún no tuvo tiempo de descargar el veneno que transporta. Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá, peronistas como Menem, tienen aguijones pero los disimulan. En tanto, la ex radical Elisa Carrió –progre en su auto definición- está a medio camino del aprendizaje. John Dodwsorth, el visitador del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha guardado en su alforja los últimos pesos de la recaudación. Aunque el cruce del río se presente como un obstáculo, descrean las ranas de la buena voluntad de los escorpiones. Próximas exigencias económicas del FMI Con una deuda que ya alcanza los 114.000 millones de dólares (de los cuales, la mitad se halla en suspensión de pagos desde diciembre del 2001), Argentina deberá ahora hacer frente a nuevas peticiones de ajuste del FMI. Una misión de nueve personas, con Dodsworth a la cabeza, exigirá a los posibles presidentes que articulen un programa económico sólido y completo. La principal discrepancia entre el FMI y Argentina es la fijación de los capitales mínimos de los bancos. El capital mínimo de una entidad es la relación que existe entre su capital propio y los activos –especialmente los préstamos- que ésta maneja. Cuanto más alto es el porcentaje, más seguro es el banco. El FMI quiere aumentar los capitales mínimos para adecuarlos al nivel de un país desarrollado, pero esto significaría, en la práctica, menos dinero dedicado a créditos y menos liquidez en las calles, lo que perjudicaría al argentino medio. Asimismo, el FMI pretende que el nuevo presidente lleve a cabo cambios en el sistema fiscal, en las tarifas públicas y renegocie la deuda externa. Las conversaciones con los elegidos para el balotaje tendrán lugar entre el 4 y el 11 de mayo.