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Botín y Benjumea defienden la legitimidad de la bonificación a Amusátegui

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía02-02-2003

Cualquier jubilado sabe que, cuando acaba su vida laboral, lo único que le queda es una pensión más o menos sustanciosa con la que disfrutar de su descanso y pagarse algún pequeño caprichito. Pero al ex copresidente del Santander Central Hispano (SCH), José María Amusátegui, su retirada del cargo le ha traído una lluvia de regalos.

Un fondo de pensiones, 5,1 millones de euros al año, el 70 por ciento de un sueldo normal de un consejero de igual rango (unos 16,8 millones de euros), un despacho y dos secretarias. No es el premio del próximo concurso de televisión, sino los emolumentos de los que disfruta Amusátegui como pensión de jubilación. Además de esto, Amusátegui cobró 43,7 millones de euros que, según la querella presentada por el accionista del SCH y abogado Francisco Franco Otegui, fueron robados a los accionistas de la entidad. El actual presidente del SCH, Emilio Botín, el secretario general del banco, Ignacio Benjumea, y el propio Amusátegui declararon la semana pasada ante la juez Teresa Palacios. Los tres coincidieron en reiterar la licitud de la bonificación para éste último. Botín, incluso, señaló que ese dinero era una especie de premio para Amusátegui por sus servicios prestados desde 1985, y puso como ejemplo los beneficios que la Operación Airtel, dirigida por éste, había proporcionado a la entidad financiera. Sin embargo, dos circunstancias enturbian este hecho. Por un lado, la firma del contrato de jubilación de Amusátegui coincidió con la fecha de la fusión entre el Banco Santander y el Central Hispano (15 de enero de 1999), por lo que el pago de los 43,7 millones de euros puede interpretarse como una forma de saldar la guerra por el poder entre Botín y Amusátegui. Por el otro, este contrato sólo fue ratificado por el Consejo de Administración -eso sí, en cuatro ocasiones diferentes entre 1999 y 2001-, no figura en ningún acta de reuniones de éste y la cantidad numérica del pago está escrita a mano. Otegui se queja de que el Consejo no informara a la Junta de Accionistas, que tendría que haber dado el visto bueno al premio de Amusátegui. Asimismo, denuncia que los consejeros llevaron a cabo una maniobra de camuflaje: el dinero cobrado por el ex copresidente apareció en las cuentas correspondientes al 2001 dentro del apartado Compromisos por pensiones y otros seguros sin ninguna aclaración añadida.