VIDEOJUEGOS VIOLENTOS
Amnistía Internacional lucha a favor de los derechos humanos
Por Miriam Alvite1 min
Sociedad27-12-2002
¿Sabes con qué juegan tus hijos?, así se titula el tercer informe sobre el respeto de los derechos humanos en los videojuegos infantiles que ha hecho Amnistía Internacional. En unas fechas tan señaladas, el documento saca a la luz numerosas conclusiones sobre el tráfico de la violencia en los videojuegos y asegura que lo peor es la facilidad con que se pueden conseguir estos productos, pues se pueden comprar, alquilar o descargar de Internet. Por lo tanto, los menores no encuentran ningún problema en jugar con videojuegos como puede ser Mafia o Warcraft III, Reign of Chaos.
Mafia es un videojuego etiquetado para mayores de 16 años y promueve actitudes contra los derechos humanos. Sus imágenes son en tres dimensiones muestran desde un asesinato cometido con un bate de béisbol, hasta un atropello de un transeúnte. Warcraft III, Reign of Chaos viene con una etiqueta que recomienda el uso del videojuego a mayores de 16 años, aunque en realidad debería ser para mayores de 18 años. El principio del juego se basa en la elección de una raza, puede ser un no-muerto, un elfo, un orcos o uno de la alianza humana, y cada una de estas razas debe luchar por su supremacía y debe aniquilar a los demás. Amnistía Internacional (AI) considera que es necesario aplicar una serie de medidas, desarrollar unos mecanismos de evaluación y seguimiento y también difundir el Código de Autorregulación Voluntario de las empresas distribuidoras de videojuegos y las posibilidades de denuncia de que dispone el consumidor. AI también critica a las revistas especializadas, de las que opina que sólo se dedican a transformar en un elemento atractivo e incluso en un caso gracioso, la sangre y la violencia. En pocas revistas viene especificado la edad para cada videojuego y nunca se lleva un criterio específico para reagrupar los videojuegos por edades. AI se queja porque no encuentra una legislación específica que sirva para proteger al menor, y ante la falta de éstas normas, se busca la promoción de los derechos humanos.