LUCHA ANTITERRORISTA

La operación de Francia aborta la entrada en España de dos ¬comandos¬ etarras

Por Cristóbal Cabezas2 min

España21-12-2002

La etarra Beltzane Obanos, de veintitrés años, detenida en Francia -en principio se creyó que se trataba de Ainhoa García- era responsable del aparato militar de la banda al igual que Ibón Fernández Iradi, también arrestado en la misma operación. Los otros siete capturados, cuatro hombres y tres mujeres, iban a constituir dos comandos, que tenían previsto entrar en España en los próximos días.

Fuentes de la lucha antiterrorista creen que el destino de uno de estos dos grupos podría ser Vizcaya o Guipúzcoa, aunque ello no significa que tuvieran también carácter itinerante. Igualmente, afirman que el que la detenida sea Beltzane Obanos, y no Ainhoa García, mantiene el grado de importancia que se le dio en un principio a la operación, por cuanto ha supuesto el descabezamiento del aparato militar de la banda. Del primer análisis de la documentación que se encontró en poder de Ibón Fernández Iradi, Susper, y Beltzane Obanos, los investigadores deducen que la actividad de estos dos cabecillas ha estado centrada en las últimas fechas en mantener citas con los aspirantes a etarras seleccionados, en una primera fase, por los responsables del aparato de captación. Con los elegidos, los dos jefes del aparato militar mantenían encuentros para someterlos a un último examen y, en el caso de superarlo, trasladarlos a los pisos francos para que recibieran cursillos sobre el uso de explosivos y en el manejo de armas. Expertos en la lucha antiterrorista destacan que era «muy intensa la actividad» de Fernández Iradi y Obanos en este campo y citan como prueba de ello el hecho de que cuando fueron detenidos por la Policía francesa en un control iban a tener una de estas citas. A ello se une el hecho de que en poder de la etarra se ha encontrado una agenda en la que hay numerosas anotaciones, la mayoría de ellas en clave, correspondientes a citas. También tenía una relación de pisos, información que sirvió para proceder al arresto de los otros siete etarras en Francia. Las huellas dactilares de todos ellos fueron enviadas a la Policía española para cotejarlas en el banco de datos, ya que sus documentos de identidad eran falsos.