FÚTBOL
El dulce sueño del debutante
Por Roberto J. Madrigal2 min
Deportes12-12-2002
Málaga está viviendo los mejores momentos de la historia del club de la ciudad. Guiado por la experiencia y sabiduría de Joaquín Peiró, y liderado en el campo por la efectividad de sus delanteros, el uruguayo Darío Silva y el panameño Dely Valdés, los andaluces ya sueñan con repetir el sorpresón que dio el Alavés, otro debutante en la UEFA, hace un par de temporadas.
Visto el desempeño del Málaga, que se mantiene invicto en la Copa de la UEFA, más de un aficionado del Villarreal se puede estar dando con un canto en los dientes. El Submarino amarillo fue, precisamente, la última víctima de los andaluces en la puerta de acceso a Europa, la Intertoto: un gol de Gerardo en el partido de ida, disputado en El Madrigal, resultó decisivo. En La Rosaleda, Roteta trajo el delirio a la afición blanquiazul e hizo que el gol de Aranda no pasara de ser un susto: el equipo castellonense no logró el gol que le hubiera dado el pasaporte europeo. Desde que consiguió su primer título europeo, el pasado 27 de agosto, el Málaga no ha hecho sino engrosar un historial inmaculado hasta la fecha. Pagó primero los nervios de la novatada en su visita a Bosnia, antes de que arropado por la afición boquerona, Dely Valdés apareciese como estilete para certificar el pase a la segunda ronda. Del cruce contra el Amica Wronki, los de Joaquín Peiró aprendieron a no venirse abajo en las dificultades, al lograr sendas remontadas contra los polacos. La experiencia les sirvió para eliminar al Leeds; primero se encomendaron a Contreras para mantener su puerta a cero, y después, en tierras inglesas, desplegaron su mejor juego de la mano de un magistral Sandro. La capacidad ofensiva del Málaga, unida posiblemente al escaso conocimiento en el extranjero del estilo de juego que propone Joaquín Peiró, ha marcado las diferencias. Sin embargo, los blanquiazules tienen su talón de Aquiles precisamente en uno de sus puntos fuertes: se trata de la dependencia ofensiva en la aportación de tres jugadores: Darío Silva, Dely Valdés y Kiki Musampa, que han logrado seis de los siete goles que adornan el bagaje del conjunto malacitano en la competición. El Málaga es el último representante de la saga que, en los últimos años, han representado equipos modestos como el Rayo Vallecano y el Alavés, que saldaron con excelentes actuaciones su estreno en las competiciones europeas, hace dos temporadas. En todos estos casos, la ilusión y el no tener que cumplir con unos objetivos determinados les permitieron escribir gestas como la final de Dortmund y el cruce de los dos debutantes en una vibrante eliminatoria de cuartos de final. Si los nervios no le traicionan, el Málaga está en disposición de convertirse en un escollo muy peligroso para cualquiera de sus rivales: los de Joaquín Peiró tienen en la mano seguir escribiendo su destino: de ellos dependerá que sea glorioso, o no tanto. Pero nadie les podrá quitar ya el orgullo de haber sido el mejor conjunto español en la competición.