IRAK
Los inspectores de la ONU recurren al ‘teléfono rojo’
Por Ángela González Rodríguez2 min
Internacional14-12-2002
Aunque minimizado por ambas partes, este es el primer incidente con el que se ha topado un equipo de la Comisión de Control, de Verificación y de Inspección (Cocovinu) de la ONU desde que los inspectores llegaron a Bagdad el pasado 27 de noviembre.
El contratiempo surgió cuando los expertos de la ONU quisieron inspeccionar un laboratorio destinado a la investigación de enfermedades contagiosas o transmisibles y que aparece en el último informe que Irak presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Esta inspección tenía que haberse efectuado el viernes, día festivo semanal iraquí, por lo que, cuando llegaron allí, sólo encontraron a un guardia que no tenía las llaves de todas las salas. Después de alertar a los responsables del Organismo Nacional de Control, la contraparte iraquí de los inspectores, los expertos en desarme precintaron el lugar para evitar manipulaciones hasta el día siguiente, que regresaron para efectuar la frustrada inspección. Tanto el jefe iraquí de supervisión, Husaim Amin, como su homólogo de la ONU, Miroslav Gregoric, coincidieron en que este percance no ha sido más que “un problema menor”. A pesar del interés que se están tomando los inspectores en Irak, EE.UU. considera que los informes remitidos no informan debidamente sobre armas químicas y biológicas desaparecidas. Tanto EE.UU. como Rusia, que han recibido copias de las 12.000 páginas remitidas por Bagdad y presentado un informe preliminar a los jefes de la misión, señalan que estos informes están plagados de omisiones. Irak sostiene que esta acusación carece de fundamento, ya que se trata de un informe detallado que puede ser constatado por los expertos. Por su parte, el grupo que dirige Hans Blix en Irak -ampliado en los últimos días a casi un centenar de inspectores- continúa sus visitas a sitios considerados sospechosos de ocultar arsenal o productos destinados a la fabricación de armas de destrucción masiva. Mientras tanto, más de 300 representantes de la oposición iraquí iniciaron una reunión de dos días en Londres para llegar a un acuerdo sobre el futuro de su país en el caso de que Sadam Husein sea derrocado. Todos han dejado a un lado sus diferencias para tratar aspectos políticos, religiosos y económicos y buscar el apoyo de la Comunidad Internacional a su causa.