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SECUESTRO

Un ex alumno mantiene en vilo una escuela en Hospitalet de Llobregat

Por Gema Cubo CabreraTiempo de lectura1 min
Sociedad20-11-2002

Da miedo pensar que un acontecimiento como el producido el pasado lunes día 18 pueda convertirse en algo habitual dentro de las fronteras españolas. Hechos similares están a la orden del día en otros países, como recientemente a ocurrido en Alemania y más frecuentemente en Estados Unidos, donde la violencia compulsiva y el uso de armas entre los adolescentes tiene un carácter peligrosamente generalizado.

En la memoria de todos están los asesinatos protagonizados en marzo del 98 por dos niños de 11 y 13 años a varios de sus compañeros en una escuela de Arkansas o los de Littleton, en Colorado. El caso de Hospitalet no es comparable, pero no conviene perderlo de vista. Dado el desconocimiento de casos análogos en la historia judicial española, el titular del juzgado de menores nº 2 de Barcelona ha decretado el internamiento del muchacho que declaró estar arrepentido de su conducta después de ser detenido, por un mínimo de tres meses en una institución cerrada dependiente de la Generalitat, donde se le somete a un estudio psiquiátrico para corroborar si el móvil fue verdaderamente económico o, tal como se inclinan a pensar los psicólogos, un mero afán de notoriedad. A partir de aquí cabe plantearse cuestiones como si debemos convertir este trastorno de conducta aislada en el precedente de un mal general o si la alarma social está justificada o es fruto de un exagerado tratamiento por parte de los medios. En cualquier caso, actualmente en España, sólo en Madrid hay más de 14.000 alumnos que cuentan con el apoyo de educadores especiales para suplir los déficit sociales que, como en el caso de joven N. A. M , son el desencadenante de comportamientos agresivos. Merece la pena pensarlo.