COPA DEL REY
La Copa confirma la buena racha del Espanyol
Por Julio Martínez Romero2 min
Deportes13-01-2018
Alegría para Quique Sánchez Flores. Puede que la última. Los rumores de su marcha a la Premier son casi oficiales. Pese a las hablillas, el técnico madrileño hizo gala de su profesionalidad. Contra el Levante lo demostró. Lo tenía complicado, pero las ganas de su equipo fueron suficientes para batir a un Levante que agoniza. En el minuto 33 ya tenía solventada la eliminatoria. Lejos de sufrir, los pericos pudieron aumentar la ventaja en varias ocasiones.
Las camisetas de ambos equipos eran transparentes. Sin mucho esfuerzo, se podía adivinar que el Espanyol llegaba a Orriols a por la Copa y que el Levante salía a su cancha a cumplir el expediente. Pero ni a eso llegó. Los de Muñiz fueron un desastre.
En el minuto 13, Léo Baptistão aprovechó un buen pase de Gerard Moreno y, con sutileza, la picó por encima de Raúl. Mucha clase del brasileño. Se nota que estas vacaciones ha estado con su amigo Neymar.
Minutos después, otra contra de los pericos puso el miedo en el cuerpo de los aficionados locales. Gerard Moreno se fue por el carril izquierdo y su chut se estrelló en el palo. La defensa del Levante no estaba por la labor de defender. La gente, lógicamente, se manifestaba con pitos.
En el 33 se acrecentó la agonía blaugrana. Cuando las cosas van mal, la casualidad suele ser inoportuna. Toño despejó un balón, aparentemente inofensivo, en el área pequeña. Su golpeo rebotó en el portero y se le quedó con lazo a Gerard Moreno. El catalán la empujó a gol y el Espanyol ya era equipo de cuartos.
Lo normal era que el Levante reaccionase, pero no. ¿Para qué?, decían algunos. La Copa no va con ellos, que bastante tienen con pelear por quedarse un año más en Primera. Ya se sabe que en el fútbol, el honor está por delante del me gusta o no me gusta esta competición. Y claro, el ambiente se enturbió. Tanto que a la vuelta de vestuarios, se veían más asientos vacíos de la cuenta.
El segundo acto transcurrió sin sobresaltos. Alguna llegada del Espanyol y un breve intento de reacción local que se estrelló en el poste. No tuvo ni que pedir la hora el equipo de Quique Sánchez Flores. El Levante no fue ni mucho menos un tigre, pero el Espanyol se lo comió. Queda por ver si es el último banquete copero del sobrino de 'La Faraona'.