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ORIENTE PRÓXIMO

Sharon ficha al responsable de la matanza de Yenín y mantiene contactos con Netanyahu

Por Txema GarcíaTiempo de lectura2 min
Internacional03-11-2002

Tras la espantada de los ministros laboristas del Gobierno de unidad nacional israelí el primer ministro, Ariel Sharon, comenzó a buscar apoyos entre los nacionalistas radicales y los extremistas religiosos para evitar el descalabro definitivo de su Gobierno.

El primer fichaje fue el del ex jefe del Estado Mayor israelí Saul Mofaz, como ministro de Defensa. Mofaz es un halcón que aboga por la expulsión del líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, y dirigió las últimas campañas de ocupación militar de los territorios palestinos como respuesta a los ataques suicidas, entre las que está la sangrienta Operación Muro Defensivo, en la que se produjo la batalla de Yenín con medio centenar de muertos y cientos de casas destruidas. “Es un paso que despierta gran sensibilidad y que puede tener influencia en toda la región. Mofaz en un lado, Yalon -el jefe actual del Estado Mayor- en el otro y Sharon sobre ellos, ¿se imagina lo que pasará en la región?”, señaló Arafat para mostrar su preocupación por este nombramiento. Asimismo, Sharon mantuvo contactos con el ex primer ministro israelí Benjamín Netanyahu al que le ofreció la Cartera de Exteriores en una estrategia que persigue la firma de un pacto de no agresión ante la lucha que ambos mantienen por la Presidencia de la organización nacionalista Likud y garantizarse, de este modo, una victoria en unas eventuales elecciones anticipadas. El acuerdo entre ambos políticos situaría a Netanyahu en el segundo lugar de la lista electoral del partido nacionalista en los próximos comicios generales y Sharon se retiraría a mitad de la legislatura para dejarle como jefe de Ejecutivo. Por su parte, el actual primer ministro exige el final de la guerra interna y de las agresiones verbales en el seno del Likud; y lo que es aún más vital: la retirada de la candidatura de Netanyahu en las elecciones primarias del partido, que se deben celebrar esta semana, y en las que todos los sondeos pronostican una victoria contundente para Netanyahu. Pese a todo, las maniobras que más nerviosos han puesto a pacifistas, laboristas y palestinos son los acercamientos de Sharon al ultraderechista Unión Nacional Israel-Beitenu, conocido por sus ideas racistas, propagandística de la política de transferencia o expulsión de la comunidad palestina a los países árabes vecinos y cuyos siete diputados son indispensables para que el primer ministro vuelva a tener mayoría en el Parlamento.