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NBA

Los Cavaliers cogen aliento con un Irving intratable

Por Fernando GarcíaTiempo de lectura3 min
Deportes10-06-2017

El mejor Cleveland pasa por encima de unos nerviosos Warriors que sucumbieron a la presión de logra los primeros playoffs perfectos y cayeron por 137-116. Un festival de triples de los locales, Irving en modo estelar y el nuevo triple-doble de LeBron James decantaron un encuentro que estuvo marcado por el mal arbitraje y la agresividad de ambos conjuntos. Con 3-1 las finales volveran a San Francisco.

Los Cavaliers borran a los Warriors de la historia. Independientemente de que lo que pase en el quinto –y sucesivos encuentro, si hicieran falta –los de Cleveland no estaban dispuestos a dejar que el equipo de Steve Kerr lograse una marca de 16-0 en postemporada y se fuese con el récord y el anillo del Quicken Loans Arena.

La victoria de los locales llegó cuando Tyronn Lue concienció a su equipo que tenía que utilizar las armas que le habían sacado de la final: el triple, la defensa y el banquillo. Los Cavs consiguieron el encuentro batiendo todos los récords de una primera mitad. Sus 49 puntos en el primer cuarto y sus 86 al descanso se inscriben como la mejor marca de todos los tiempos en una final.

Y es que Cleveland salió a dejar claro quién es el actual campeón. La falta de puntería que habían tenido los tres primeros choques se diluyó y con un 7 de 12 en triples amargaron a la defensa del perímetro de los Warriors. Irving fue el estilete que ya mostró su filo en el tercer choque, y sus 28 puntos al descanso se completaron con una marca final de 40 y 7 canastas desde fuera de la línea de tres puntos.

Los triples fueron la sal en la herida de los Warriors. A los siete de Irving, que superó completamente a un gran defensor como Klay Thompson, se unieron los seis de Love, los cinco de Smith, los tres de LeBron y otros tres más del banquillo, para un total de 24. La estadística no mintió esta vez, y se cumplió la máxima de que si los Cavs encestan una quincena o más, se llevan el encuentro.

Los Warriors no se amilanaron. De una desventaja de 22 puntos en la primera mitad llegaron a estar a once en el último periodo. Pero lo que no pudieron evitar es que un gran LeBron James rematara la actuación de los suyos. Nuevo triple-doble de 31 puntos, 11 asistencias y 10 rebotes, y se convierte en el máximo realizador en este apartado estadístico de las finales. Y lo más importante, sus números fueron logrados en momentos decisivos, dejando liberados a jugadores como Love o Korver para que anotasen con facilidad desde la esquina.

En el bando visitante solo Durant estuvo a la altura. Ni el desgaste de defender al ‘Rey LeBron’, ni la inoperancia de sus compañeros evitaron que se fuera a los 35 puntos. Más allá del alero de Golden State solo se encontró el abismo. Con un 11 de 39 en triples, 27 puntos entre Curry y Thompson y muy pocos puntos en la pintura, los Warriors se mostraron menos guerreros que nunca.

El factor negativo lo incluyó el conjunto arbitral. Superados en todo momento por la situación, permitieron el juego rudo de los de Kerr, liaron el choque al señalar una segunda técnica a Green que luego resultó ser la primera y dejaron sin expulsar a un Pachulia que golpeó por dos veces la zona noble de Iman Shumpert.

La victoria da alas a los Cavaliers, que la van a necesitar si quieren superar los tres partidos que tienen por delante y donde solo les vale la victoria. La hazaña, que parece inalcanzable, les encumbraría al Olimpo del baloncesto, más si cabe al lograrlo ante unos Warriors de ensueño. Pocas posibilidades tendrán LeBron y los suyos, pero ya demostraron el año pasado que se crecen ante las adversidades y, como dijo el gran Rudy Tomjanovich, “nunca subestimes el corazón de un campeón”.