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Terrorismo

22 muertos en un atentado en Manchester tras un concierto

Por Javier Álvarez LagoTiempo de lectura2 min
Internacional23-05-2017

El estadio Mánchescer Arena acogía el lunes por la noche un concierto de la estadounidense Ariana Grande. Nada más terminar este, una violenta explosión sacudía el recinto, preludiando una evacuación cargada de incomprensión y pánico. El extremismo religioso ha vuelto a atacar a Reino Unido. Esta vez, las víctimas de esta guerra sucia, al menos 22 personas, son en su mayoría adolescentes, incluyendo a una niña de tan sólo 8 años.

Eran las 10:30 de la noche. El público apenas se había levantado de sus asientos. Según la policía, que la cantante complaciese a sus admiradores con un par de canciones extras salvó la vida a muchas personas, al derivar en una salida del recinto inicialmente tranquila y escalonada. Pero, en el vestíbulo de una de las salidas, en la más cercana al metro del lugar, un único terrorista hacía estallar un artefacto explosivo de fabricación casera que ha acabado con la vida de 22 personas. El posterior caos, unido a este deyecto crimen, ha provocado el doble de heridos.

El martes, tras una noche marcada por la búsqueda de los familiares de sus hijos y las muestras de civismo por parte de la ciudad de Mánchester (desde las redes sociales los vecinos de la zona ofrecían sus hogares para las víctimas y familiares afectados), el autodenominado Estado Islámico reclamaba la autoría de esta barbarie a través de su medio de comunicación habitual, la agencia Amaq. Al parecer el acto lo ha cometido, pese a que la ministra británica no ha querido desvelar la identidad del terrorista de cara a no influir en las investigaciones policiales, un lobo solitario, es decir, un terrorista que mantiene contactos vía internet con DAESH, pero que no depende jerarquicamente de su organización. Todo parece indicar, asimismo, que aprendió a fabricar el explosivo, al parecer muy rudimentario y fabricado con metralla casera, gracias a conocimientos adquiridos en la red. El terrorista murió en el acto.

Los partidos políticos de Reino Unido han interrumpido su campaña electoral para dar muestras de solidaridad con las victimas. Por su parte, la primera ministra británica, Theresa May, ha afirmado que este acto es uno de los más inhumanos de los últimos tiempos, pero que el salvajismo del extremismo islámico no vencerá, sino que Reino Unido y sus valores "prevalecerán". Por otra parte, ha reunido también al llamado Comité Cobra (que, presidido por la jefa de gobierno, reúne a los ministros de interior y defensa del país y a las principales autoridades policiales) para establecer la estrategia a seguir. La última vez que se convocó a este grupo fue a finales de marzo de 2017, cuando, de nuevo el DAESH, atacaba al pueblo inglés cerca del Palacio de Westminster matando a cinco personas.

Como es habitual en estos casos, se han sucedido las muestras de apoyo y dolor por parte de los mandatarios mundiales. El presidente norteamericano, Donald Trump, ha declarado, en consonancía con lo dicho por Theresa May, que DAESH es una secta de "perdedores". En España, representantes de los tres niveles territoriales de gobierno han guardado un minuto de silencio como señal de duelo ante esta otro acto vil de esta guerra anacrónica, indiscriminada y cruel.