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CIBERATAQUE

Expuestos ante la red

Por Remedios Maroñas Tiempo de lectura3 min
Economía13-05-2017

Un ciberataque masivo y aparentemente coordinado afectó ayer viernes a empresas de todo el mundo. Más de 70 países y 50.000 organizaciones se han visto afectadas en las últimas horas por un virus informático que bloquea el acceso de los sistemas de instituciones estatales y empresas. El objetivo, conseguir dinero a cambio de liberar el acceso a los sistemas perpetrados. Hasta ahora se desconoce quién puede estar detrás de los ataques y si realmente fueron ejecutados de forma coordinada por un grupo o si son simples acciones individuales.

En 2007 la productora 20th Century Fox sacó, para disfrute de todos, la cuarta entrega de la saga La jungla de cristal, llamada La jungla 4.0. Una película que contaba como Estados Unidos, casi por completo controlada por la tecnología, era atacada por unos piratas informáticos en tres fases. Una de ellas, el bloqueo de los sistemas de instituciones y empresas.

Decía el secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde, que estas amenazas son cambiantes y pueden llegar en vaqueros y zapatillas de deporte manejando un ordenador desde su domicilio. La realidad es que en vaqueros o no, hoy en día ya se han vivido casos de ciberataques mundiales. Y aunque buena parte de los registrados han sido obra de piratas informativos con ánimo de lucro, afán de protagonismo o motivaciones política, muchos otros han sido obra de los servicios de seguridad nacionales.

Así, por ejemplo, es importante recordar el caso de las filtraciones de Edward Snowden, en 2013, sobre el funcionamiento y programas secretos de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA), que demostró la escasa seguridad que tienen los datos de los ciudadanos en Internet. También, el ataque en 2012 destinado a Irán, Palestina y Arabia Saudí, entre los países más afectados, en el que se recopiló información de inteligencia de todo tipo. Desde correos electrónicos hasta documentos secretos, sin un agresor conocido. O el ataque a los canales de televisión surcoreanos y sistemas informáticos de bancos en 2011.

Tanto si nos referimos a la vida privada como profesional, los móviles, las tabletas y los ordenadores, desempeñan un papel cada vez más relevante para todos los usuarios. Y en consecuencia, la seguridad de la información volcada en ellos, resulta esencial.

En España, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) tiene un departamento especializado en la Seguridad Nacional que contempla medidas y prioridades para evitar el traspaso de información confidencial de la red a grandes empresas. El Instituto Nacional de Ciberseguridad junto con el ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital siguen trabajando con las empresas afectadas por el ciberataque mundial con el objetivo de recuperar los dispositivos y equipos infectados. El ministro Álvaro Nadal, ha explicado en una nota que el ataque, no afecta ni a la prestación de servicios ni a la operativa de redes,  ni al usuario. Y ha añadido que no se compromete la seguridad de los datos de los usuarios. Sin embargo, la realidad es que nuestra información sí que se ve comprometida.

En la actualidad, la conocida nube que guarda nuestra información, acuña y hace crecer al término Big Data. Un conjunto de datos masivos de miles de millones de personas que llevan ya una década aportando información que está alza.

Para las empresas, el Big Data supone un gran beneficio económico. El negocio de los servidores les ofrece reducir costes en encuestas que muestren los intereses del target al que se dirijan por una cantidad de dinero. No cuesta llegar a la conclusión de que, al final, nosotros mismo somos el producto. Se comercializa con nuestros datos, con la información que intercambiamos en Internet, con nuestros gustos, deseos e inquietudes. Es por ello que nuestra información en la red se ve, lo digan o no, expuesta. Correos, cuentas, fotos, mensajes... todo parece ser vendible.