Estados Unidos
Trump es elegido presidente por el Colegio Electoral
Por Paloma Sztrancman2 min
Internacional20-12-2016
Los elecciones que tuvieron lugar el pasado 8 de noviembre no eran más que un mero proceso consultivo en el que los ciudadanos de Estados Unidos se encargaban de votar. Pese a que la candidata del partido demócrata, Hillary Clinton, obtuviese la victoria en el voto popular, el magnate neoyorkino obtuvo la mayoría en los estados donde se hallan el mayor número de votos electorales.
Donald Trump oficialmente es el presidente 45 de Estados Unidos. El organismo del Colegio Electoral tiene sus orígenes en la democracia del país y sirve para separar la voluntad del pueblo a la hora de votar de los grandes poderes. Establecen la votación entre mediados de noviembre y mediados del diciembre en la capital de cada estado. El resultado de manera formal es anunciado por el Senado a principios de enero y el nuevo presidente toma posesión de su cargo el 20 de enero. Compuesto por 538 hombres y mujeres de todos los estados que forman ese Colegio Electoral, necesitan que un candidato supere la barrera de los 270 votos para ser nombrado presidente. Trump ha logrado 304 votos electorales, mientras que Clinton ha alcanzado los 224.
De todos los votantes, 48 estados votan en base a la voluntad de los ciudadanos. Esto quiere decir que el candidato que haya obtenido la victoria del voto popular en un estado concreto, ese mismo candidato debería quedarse con el número total de los electores de ese estado. Sin embargo, hay dos estados que son las excepciones: Nebraska y Maine. En estos dos casos, los votos se definen en base a quien ha vencido en los distintos distritos legislativos. Esto quiere decir que si uno de los candidatos no sale victorioso en el conteo, igualmente puede obtener electores que lo apoyen.
Pero obtener el mayor número de votos populares no es equivalente a convertirse en el presidente de los Estados Unidos. En el caso de las elecciones del año 2000 sucedió lo mismo: el candidato demócrata Al Gore aventajaba en voto popular a George W. Bush, pero este último consiguió más votos electorales y acabó conviertiéndose en el líder del país. Es el ejemplo más reciente, pero en la historia de Estados Unidos ha llegado a darse hasta en cuatro ocasiones. Si la teoría es compleja, el asunto se vuelve más complicado al descubrir que, de acuerdo con la Constitución americana, los electores no tienen ninguna obligación legal de votar lo mismo que que han votado los ciudadanos del estado al que representan, de manera que un elector republicano puede cambiar su voto y viceversa, aunque por norma general, sí se suele respetar la intención de voto. Poco pueden hacer los votantes populares en este proceso, pero eso no les ha frenado a la hora de manifestarse en contra de Trump en estados como Maine, Wisconsin o Pensilvania exclamando "No dejéis que Putin elija a nuestro presidente" o "No a Trump, no al KKK, no a una América fascista".
De esta forma finalizan unas agresivas elecciones por parte de los dos partidos estadounidenses que se han visto salpicadas por la polémica. El último asunto relacionado con la campaña, los presuntos hackeos de Rusia con el fin de intervenir en las elecciones. Obama ha declarado que dichas intervenciones no han afectado al deseo de voto, pero que se tomarán medidas contra Rusia, y añadió que “pocas cosas pasan en Rusia sin la aprobación de Vladímir Putin".