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Batasuna designa ¬hijo predilecto¬ de Zaldivia a uno de los etarras muertos en Bilbao

Por Cristóbal CabezasTiempo de lectura2 min
España27-09-2002

La Fiscalía de San Sebastián presentó por orden del fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, dos querellas contra los ediles batasunos de San Sebastián y Zaldivia que han injuriado a la Guardia Civil y han exaltado a ETA.

La primera, por delito de injurias, se dirige contra los ediles proetarras del Ayuntamiento de la capital donostiarra por la exhibición de pancartas contra la Guardia Civil; la segunda, por exaltación del terrorismo y malversación de caudales públicos, se ordena contra toda la Corporación de Zaldivia (Guipúzcoa) por haber nombrado "hijo predilecto" de la localidad a Hodei Galarraga, uno de los etarras muertos en Bilbao. El Código Penal es muy claro: el enaltecimiento de terroristas es un delito de terrorismo y se comete cuando un Ayuntamiento nombra hijo predilecto a un etarra muerto por su propio afán criminal. El asunto es jurídico, pero no sólo. En una sociedad preocupada por el efecto de la violencia en la formación de los jóvenes, no se puede tolerar que una institución pública, como un Ayuntamiento, erija a un terrorista en un modelo de conducta. Con el homenaje al etarra muerto -Hodei Galarraga- el alcalde y los concejales batasunos de Zaldivia estaban proclamando su apoyo a la banda terrorista y a sus métodos. Por eso la querella conta estos cómplices del terror no es solo una reacción emocional por el asesinato del cabo Juan Carlos Beiro, sino la consecuencia jurídica de un acto de terrorismo propagandístico que, como cuando se grita "Gora ETA" ante miles de personas, busca la legitimación social del terror, la bonificación de sus crímenes y la continuación de su actividad. Con este último atentado, ETA ha asesinado ya a 204 guardias civiles en los más de 30 años de su actividad terrorista. El Instituto armado es, de hecho, uno de los principales objetivos de la banda. El último gran ataque se produjo contra la casa cuartel de la Guardia Civil e Santa Pola (Alicante). Fue perpetrado el 4 de agosto con la explosión de un coche bomba que acabó con la vida de un jubilado y de una niña de seis años, hija de un agente.