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TERRORISMO

Molenbeek, el refugio de los yihadistas en Bélgica

Por Selene PisabarroTiempo de lectura3 min
Internacional19-03-2016

Las fuerzas de seguridad belgas y francesas tienen la esperanza de conocer el fondo del Daesh en Europa. Así lo ha declarado el ministro de Interior francés, Bernard Cazeneuve, quien ha afirmado que la detención de Abdeslam es un “golpe importante a la organización terrorista Daesh en Europa”. Normalmente, los yihadistas se suicidan cuando perpetran sus ataques y ésta será una de las pocas veces que un terrorista se someta a un interrogatorio policial.

El terrorista detenido que huyó tras la matanza de París colabora con la policía pero tiene pensado rechazar su extradición a Francia, según el abogado de Salah Abdeslam. Las fuerzas de seguridad le capturaron en el barrio belga de Molenbeek, un distrito conflictivo en el que han residido algunos de los yihadistas más buscados que participaron en los atentados de Madrid o de Londres en 2004 o incluso en el ataque contra el Museo Judío de Bruselas en 2015. Es uno de los refugios para los miembros del mal llamado Estado Islámico que regresan a Europa para alcanzar sus objetivos terroristas.

Molenbeek es un barrio que ahora gira en torno a la religión y las terceras generaciones de inmigrantes encuentran en ella un subterfugio. Allí existe una comisaría de policía muy cerca a la vivienda donde se escondía Salah y suma 900 agentes junto a los de Bruselas Oeste. Sin embargo, apenas una veintena habla árabe y cuatro policías vigilan los movimientos de los radicalizados. Es una de las razones por las que las fuerzas de seguridad belgas han tardado tanto tiempo en detener al yihadista.

Los reclutadores no encuentran dificultades a la hora de radicalizar a los jóvenes, ya que acuden a los cafés, mequitas o supermercados con folletos sobre el sufrimiento de los civiles en Siria. Asimismo, a la religión se suma el problema por las drogas, como el hachís, la cocaína y la heroína, además de que existe un mercado negro de armas en un barrio que es cada vez más difícil de controlar. Las autoridades calculan que cada mes alrededor de diez jóvenes parten hacia Siria desde Bélgica.

Este nuevo golpe contra el Daesh supone un impulso a la lucha contra el yihadismo en Europa. Desde los atentados del 13-N, las autoridades francesas han arrestado a 78 personas en Francia, de los cuales 28 ya están en prisión. Aun así, el primer ministro francés, Manuel Valls, ha recordado que existen otras redes que preparan atentados tanto en Francia como en Europa.

Paralelamente, el ministerio del Interior ha confirmado que en el último año se han detenido a 116 yihadistas en 41 operaciones antiterroristas y alrededor de 153 personas se han desplazado a países en conflicto como Siria. El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ha advertido de que es un número ínfimo en comparación con los 1.800 que han viajado desde Francia o los 1.500 que lo han hecho desde Marruecos. La policía cree que en Bélgica hay 800 personas muy radicalizadas y 120 retornados.

Mientras, al otro lado del Mediterráneo el Daesh continúa controlando una gran parte de Irak y Siria, aunque ha perdido territorios en los últimos meses. A esto se suma que uno de los jefes militares, Omar el Checheno, murió durante un bombardeo aéreo estadounidense en Siria. Esto debilita la capacidad para reclutar a los combatientes extranjeros en Chechenia y el Cáucaso, además de que dificulta sus movimientos en Raqa (Siria) y Mosul (Irak).

Del mismo modo, también los estadounidenses capturaron al jefe de la unidad de armas químicas y biológicas, Sleiman Daoud al Afari, que ya trabajó para Saddam Hussein. Aun así, el autoproclamado califa y, por tanto, líder del mal llamado Estado Islámico es Abu Bakr al Bagdadi.