Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

BRASIL

Brasil vive su peor recesión económica desde 1990

Por Jesús EspinosaTiempo de lectura2 min
Internacional06-03-2016

La economía brasileña se desmorona. Brasil se contrajo un 3% en el año 2015, lo que supone la mayor recesión económica de los últimos 25 años. Este dato refleja que la crisis que atraviesa el país se ha acentuado en los últimos tiempos tras llegar a ser la locomotora de América Latina. La gestión de la presidenta y la crisis política que vive ahora con los casos de corrupción acrecienta a un más la recesión económica.

Brasil vive una complicada situación económica. La inflación se ha situado en el 10,7% y el consumo se encuentra en mínimos. La presidenta Dila Rousseff tiene un año 2016 complicado por delante en lo político y lo económico y estos datos merman todavía más a su Administración.

El Producto Interior Bruto (PIB) del país prevé una caída del 3,71% e incluso un retroceso del 3,45% para el año 2016, según los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) que han alarmado a los mercados financieros, que no se esperaban una caída tan aguda.

Todo ello supondrá que Brasil encadene dos años seguidos en números rojos por primera vez desde el año 1930, pero, pese a todo, el país sigue siendo la séptima economía del mundo. Sin embargo, los datos actuales son negativos. Con el Gobierno de Lula Da Silva, el país llegó a crecer un 7,6% en 2010, pero en 2011 el PIB creció un 3,9%; en 2012, un 1,9%; en 2013, un 3% y un 2014 un 0,1%. 

Por otro lado, este retroceso económico ha mermado prácticamente todos los ámbitos económicos del país. La actividad industrial cayó un 6,2% a lo largo el año 2015. Además, el consumo de las familias ha cedido un 4%, lastrado por su poca confianza debido a la alta inflación. A esto hay que sumarle la devaluación del real frente al dólar (del 48,3% en 2015).

Por todo ello, el pasado diciembre el país llegó a perder su grado de inversión después de que las diferentes agencias de calificación Fitch y Standard & Poor’s rebajaran la nota del país muy por debajo de lo esperado. La situación del país, por lo tanto, es bastante frágil. La economía es lo que diferencia a un Gobierno del resto y los buenos datos económicos de la etapa de Da Silva, ahora juzgado por corrupción, han visto un grave contraste con los actuales de Rousseff. La presidenta deberá hacer frente a un 2016 lleno de incógnitas y con una economía mermada por la crisis, que han lastrado gravemente las cifras del país.