REINO UNIDO
Londres quiere echar el freno a la inmigración, el mayor problema de Europa
Por Selene Pisabarro3 min
Internacional21-02-2016
La Unión Europea aboga por que Reino Unido permanezca en su seno. Por eso ha elaborado un paquete de medidas mediantes las cuales asegurará su permanencia, a pesar de que celebre un referéndum. David Cameron llegó a la Cumbre europea con una lista de medidas sociales, económicas, de competitividad y de libre movimiento que los Veintiocho deberán cumplir. A esto se suma la concesión que ha obtenido de poner en marcha el "freno de emergencia" si se superan los límites de inmigración en la isla.
En primer lugar, los socios del Reino Unido han pactado que fortalecerán el mercado interior, al mismo tiempo que lo adaptarán a las circunstancias. También lo regularán, con la disminución de los costes administrativos, que se evaluará cada año para eliminar la burocracia y las duplicidades.
En segundo lugar, habrá más flexibilidad para los bancos de toda la Unión Europea y garantías para que los países que no pertenecen al sistema de moneda única puedan opinar sobre una medida que el Consejo podrá discutir. Sin embargo, Reino Unido no podrá vetar decisiones dentro de la zona euro.
En tercer lugar, Bruselas deberá dejar más espacio a Londres y el resto de miembros para intervenir a favor del ciudadano y no del resto de países. Así, los parlamentos nacionales tendrán más poderes a la hora de aplicar el principio de soberanía europeo y podrán rebatir una propuesta legislativa si así lo secundan otros 16 Estados miembro. De esta forma, se refuerza el respeto al principio de subsidiariedad.
También recibirá ayudas por cada niño que resida fuera de la isla aunque se ajustará a las condiciones de vida del país donde se instalen y se aplicará una moratoria de cuatro años. Incluso Alemania ha señalado que se quiere unir a esta directiva.
Y por último, la medida que más ansiaba Reino Unido y que ve cómo no paran de llegar inmigrantes para trabajar en su país. La Unión Europea ha acordado que podrá echar el "freno de emergencia" en el caso de que se dé una situación con una “magnitud excepcional y durante un periodo extendido” y si se ve repercutido el sistema de seguridad social. Entonces, deberá notificarlo a la Comisión Europea, que delegará en el Consejo el permiso para restringir el acceso de los trabajadores a esos beneficios sociales durante cuatro años.
Se trataría de una duración limitada y se aplicaría a los trabajadores europeos recién llegados durante un periodo de siete años. Es una solución que no agrada a Francia y que está en contra de frenar los acuerdos adoptados en el marzo de la zona euro y que favorecen a Reino Unido.
El problema que vive Europa recae en la crisis migratoria, uno de los temas en los que pretendían profundizar durante la Cumbre. La canciller alemana, Angela Merkel, pretendía negociar el fin de las hostilidades contra los refugiados que intentan acceder a Europa. Sin embargo, los países del Este y Austria aseguran que cerrarán sus fronteras, lo que provocará que el flujo se desplace hasta Grecia. Seguirán el modelo húngaro y reforzarán el flanco sur de Macedonia.
Precisamente, el Gobierno austriaco ya ha comenzado a implantar las medidas: restringirá las solicitudes de asilo a 80 diarias y el paso por la frontera a 3.200 desplazados. Su queja se centra en que el año pasado recibieron a 800.000 migrantes, de los que alrededor de 90.000 solicitaron el estatus de refugiado. También Eslovaquia ha anunciado que “jamás respetará las cuotas de refugiados”, tal y como anunció su presidente, Robert Fico.
Son unas consignas que Bruselas tacha de “provocación” porque ya ha advertido que los países miembro deben atender a todos los migrantes que soliciten la protección internacional. Incluso el ministro del Interior germano, Thomas de Maizière, pide a los países que respeten las normas porque “no se puede cargar todo el peso sobre Alemania Sería inaceptable”.