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DESAFÍO INDEPENDENTISTA

El Gobierno ante Cataluña: mismo discurso pero distinto tono y actitud

Por Jesús EspinosaTiempo de lectura2 min
España31-10-2015

Rajoy ha cambiado radicalmente su actitud ante el problema secesionista catalán. El presidente no ha modificado su discurso, pero si el tono con el que pretende hacer cumplir la Ley. Más cauto, más sosegado y prestándole más atención a los acontecimientos que se desarrollan por el norte. Mucha voces hablan de que se ha convertido, ahora sí, en un hombre de Estado.

El resultado de años dándole la espalda y estando de canto ante lo que en Cataluña pasaba ha sido que el problema se hiciera insostenible. Eso ha debido pensar Rajoy. Desde la región del norte se convocaban referéndums ilegales y se anunciaban elecciones plebiscitarias disfrazadas de autonómicas. Una actitud que desde Moncloa se veía pasar. El presidente del Gobierno no se ha movido de su fiel discurso en defensa de la Ley, pero estos días ha ocurrido algo distinto: hiperactividad política.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez; el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, fueron convocados a la Moncloa esta semana fruto del nerviosismo que el Gobierno desborda por el problema catalán. Esta convocatoria ha sido vista por algunos como la culminación de Rajoy como hombre de Estado; pero no es una opinión, ni mucho menos, extendida.

En Cataluña se convocó el 9 de Noviembre un referéndum ilegal que incluso tuvo una rueda de prensa posterior del president de la Generalitat, Artur Mas, ante medios nacionales e internacionales. Ante semejante acontecimiento, desde Moncloa se limitaron a recordar que se haría cumplir la Ley en España. Pero nada más. Después, el propio Mas convocó elecciones autonómicas pero asegurando que eran plebiscitarias. De hecho, los partidos independentistas fueron juntos en una lista: Junts pel Sí. Una vez más, la respuesta de Moncloa fueron solo palabras.

El resto de España veía como el desafío seguía aumentando. La gota que colmó el vaso, finalmente, fue el documento presentado por Junts pel Sí y la CUP – para ser aprobado en el Parlament – en donde se expresaba claramente que el proceso hacia la independencia era inevitable y que no se obedecería más ninguna Ley española; ni siquiera al Tribunal Constitucional. Apenas unas horas después de ese documento, Rajoy hizo una declaración institucional, una vez más, recordando que se cumpliría la Ley.

Las palabras pasaron a los hechos y al activismo político hace apenas unos días. El hecho de que Rajoy convocara al líder de la oposición y a las cabezas visibles del resto de partidos llamados a tener un resultado importante el 20 de Diciembre anticipa un cambio de estrategia que pasa por buscar una respuesta común. De hecho, todos, menos Pablo Iglesias, respaldaron el pacto no escrito de preservar la unidad de España. "Para que, gobierne quién gobierne", los españoles puedan estar tranquilos, aseguró Rivera en la rueda de prensa posterior a su reunión con el presidente Rajoy.

Las próximas elecciones generales están, como quién dice, a la vuelta de la esquina. Esta actitud de Rajoy podría pasarle factura, en el buen sentido de la palabra. Los votantes populares están satisfechos con la barrera ante el independentismo pero pedían consenso. Ahora su presidente ha buscado la unidad y el respaldo de los actores políticos más influyentes.