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China

China pone fin a la prohibición del hijo único

Por David PastorTiempo de lectura2 min
Sociedad29-10-2015

Dentro de la planificación económica que se ha llevado a cabo por parte del Partido Comunista Chino, se ha decidido poner fin a las limitaciones demográficas que impedían tener más de un hijo por familia. Se calcula que esta medida ha servido para evitar más de 400 millones de nacimientos, lo que situaría la China actual en más de 1.800 millones de habitantes. El coste social en estos años se ha traducido en multitud de abortos forzados y bebés no registrados.

El paulatino envejecimiento de la población ha ido permitiendo desde el año 2013 la posibilidad de tener un segundo hijo, si se cumplía la condición de que alguno de los padres fuese hijo único. Con anterioridad, también se permitía un segundo hijo en las familias rurales, en el caso de que el primero hubiese sido una hija.

Esta ley no afectó a las minorías étnicas. Como consecuencia de estos cambios, según las autoridades del país asiático, en el año 2007 sólo un 36% de la población se encontraba dentro de las restricciones establecidas. Producto de esta permisividad, durante el último año 2014 el país asiático creció en 7 millones, siendo un total de 1.370 millones de habitantes, según los informes del Buró Estadístico chino.

Esta medida se encuentra enmarcada dentro del plan quinquenal del gobierno para los años 2016-2020, encaminada a fortalecer el crecimiento e impulsar una política de consumo interno, que permita a la nación más poblada del mundo ser menos dependiente de las exportaciones e inversiones extranjeras.

En el ámbito social, la decisión tomada hace 36 años ha ido arrastrando la polémica entre los problemas de exceso poblacional de un país y la intromisión de un Estado que violenta el derecho humano reproductivo. A esta limitación impuesta se le ha sumado la tradicional preferencia de la sociedad china por el varón, lo que ha generado situaciones de aborto selectivo y abandono de niñas en orfanatos o en condición de arrinconamiento social, al no poder ser registradas. Esta situación se produce al considerar la figura del hombre como sustento económico, mientras que la mujer es más identificada como una carga familiar.

El objetivo que se plantea ahora, además de frenar el envejecimiento de la población, es corregir el déficit de nacimientos femeninos, que está planteando problemas sociales derivados de varones que no encuentran la manera de formar familia. Esto ha derivado incluso en actividades mafiosas, de venta ilegal de mujeres procedentes de otros países asiáticos. En la actualidad, la actual pérdida de población joven, motivada por la implantación de esta medida, supone una preocupación para el gobierno Chino, que estudia también otras medidas adicionales como aumentar la edad de jubilación.