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CRISIS REFUGIADOS

Aumenta la represión y la agresividad en algunos países opuestos al asilo de extranjeros

Por Selene PisabarroTiempo de lectura2 min
Sociedad17-09-2015

La solidaridad con los refugiados no se extiende a toda Europa. Mientras que unos países se están empezando a poner manos a la obra para repartir a los desplazados proporcionalmente, otros son reacios y buscan maneras de reubicarlos fuera de sus fronteras. En el caso de Hungría, la policía comienza a ejercer más presión sobre aquellas personas que intentar pasar como sea por los controles policiales.

Precisamente, la policía húngara ha comenzado a usar esta semana gases lacrimógenos –como gas pimienta- y cañones de agua contra los refugiados, de los cuales 150 y otros 14 policías resultaron heridos este miércoles. Fue el caso de un grupo que trataba de cruzar desde la frontera serbia de Horgos para entrar por una de las puertas de Europa como es Hungría, donde actualmente se encuentran más de 2.000 refugiados.  Ahora la ruta cambia y cientos de personas se dirigen hacia Croacia y Eslovenia para entrar a Austria por el sur.

Además, ha creado una valla “antiinmigrantes” para evitar el paso en esa zona y se ha militarizado el terreno, de manera que el problema recae ahora en Serbia y cualquiera que entre de manera ilegal en el país está castigado con hasta cinco años de pena de cárcel, tal y como recoge desde el martes el código penal. De momento, se han abierto más de 90 procesos penales aunque solo un iraquí ha sido el primero en probar la ley: se le ha expulsado de Hungría y no puede volver en un año –es una de las penas mínimas-. También se castiga el tráfico de personas con hasta 20 años de cárcel.

El ministro de Exteriores húngaro, Péter Sziijártó, ha defendido que el sistema de inmigración europeo ha fracasado y por eso es necesario “crear una fuerza europea para defender las fronteras de Grecia”. Por su parte, el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos, ya ha rechazado las medidas que ha implantado Hungría y ha advertido de que no son bienvenidas en la Unión Europea. Ha advertido de que “los muros son temporales” pero que “la violencia no es la solución” frente a personas “que necesitan nuestra protección”.

También Eslovaquia, República Checa y Polonia rechazan las cuotas del reparto de refugiados y piden a la Comisión Europea que se trate de un acto voluntario. Piden que se vigilen las fronteras y que se respete el espacio Schengen. En Polonia, más de siete mil personas salieron a las calles la semana pasada para rechazar la llegada de los asilados, acompañados de banderas contra la “islamización” de Europa. Según la UE, Polonia debería acoger a 12.000 personas.

Incluso Dinamarca, que está gobernada por un partido liberal pero con un socio de gobierno antimigración. La ministra de Integración, Inger Stojberg, alega que “ya hay una repartición informal de solicitantes de asilo en Europa”. Lo cierto es que Dinamarca es el quinto país europeo que más refugiados ha recibido respecto a su población, alcanzando en 2014 las 15.000 demandas de asilo.