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GRECIA

La situación actual griega viene precedida por otras dos grandes crisis

Por Jesús Espinosa Tiempo de lectura2 min
Internacional06-07-2015

Grecia se encuentra en una situación límite, entre otros motivos, por una deuda soberana que es impagable. La lucha del partido del gobierno, Syriza, es negociar un tercer rescate para el país que no lleve implícito nuevos recortes para poder crecer y, por tanto, pagar la deuda. La izquierda Syriza afirma que no ha hablado de no pagar la deuda, pero sí de refinanciarla. Los motivos de esa deuda vienen de mucho más atrás, de los gobiernos anteriores que tuvo el país.

La deuda helena se generó, en un primer momento, por una gran turbulencia provocada por la gran recesión que vivió Europa. Sin embargo, esto se juntó con una crisis estructural acarreada por grandes debilidades sufridas por el país y con una economía griega que no levantaba cabeza. A finales del año 2009, los temores de impago de la deuda soberana, que ahora se pretende refinanciar, se esparcieron por el resto de los inversores internacionales que veían, por tanto, difícil la capacidad de que el Gobierno griego cumpliera con sus obligaciones.

Esto acarreó una crisis de confianza que afectó a los diferentes rendimientos de los bonos en comparación con otros países como, por ejemplo, Alemania. En abril de 2010, sin embargo, se fueron sumando nuevas noticias adversas acerca del déficit griego registrado durante los años 2008 y 2009. Los datos de las cuentas nacionales revelaron que la economía griega había sido sacudida por tres recesiones distintas: en 2007, 2008 y la del primer trimestre de 2009. Esto conllevó a perspectivas aún más negativas y bifurcó en una nueva subida de la deuda soberana.

En mayo del 2010, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, el tridente conocido como la Troika, respondieron a la crisis con un lanzamiento de un préstamo de rescate de 110.000 millones de euros para que el país heleno no cayera en default. Pero, un año más tarde, el empeoramiento de la recesión junto con la aplicación retrasada por el gobierno griego de las condiciones acordadas en el programa de rescaté reveló nuevamente la necesidad de que Grecia recibiera un segundo rescate valorado en 130 mil millones de euros. Fue el último que recibió Grecia. Es, precisamente, ahora cuando se está negociando un tercer rescate.

El gobierno griego recibió una revisión del rescate que reveló una leve mejoría en la economía griega. Sin embargo, ésta resultó ser un espejismo y fue reemplazada con otra nueva recesión que nació a partir del cuarto trimestre del año 2014. Ahora el dinero que le queda al gobierno griego es límite. Dependen del BCE: si les abre o no el grifo de la liquidez. La Plaza Syntagma se convertía el domingo en una auténtica fiesta tras la victoria del “no”. En un sector hay miedo; en otro, esperanza. Esa misma esperanza, queda depositada en las nuevas negociaciones que se sucederán con los acreedores europeos estos días posteriores al resultado del referéndum.