Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

GRECIA

Tsipras trata de cumplir sus propuestas pese a la situación económica griega

Por Jesús Espinosa Tiempo de lectura3 min
Internacional27-06-2015

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ganó las elecciones generales con propuestas atrevidas y difíciles de llevar a cabo por la complicada situación económica del país. Sin embargo, de las propuestas que presentó en campaña, se han cumplido bastantes. Aunque, sin duda, la más importante que es la refinanciación de la deuda y el fin a los recortes es la que pende de un hilo con el próximo referéndum el domingo 5. Aun así, ha cumplido medidas básicas desde que llegó al Gobierno.

Nada más llegar a la presidencia del Gobierno griego, el primer ministro griego comenzó a perfilar cuáles serían sus primeras medidas como dirigente del país. Dos de ellas fueron adelantadas el primer día de Gobierno e inmensamente repetidas durante la campaña: elevar al salario mínimo y dar luz gratuita a las 300.000 que no se lo pueden permitir en el país. Estas dos medidas se han llevado a cabo.

El salario mínimo, la primera, subió de los 680 euros a los 751. Esta medida tuvo gran respaldo del partido que le dio con su pacto la presidencia a Tsipras, Griegos Independientes, aunque sea una formación de derechas. Además de subir el salario mínimo, incluso, se recuperaron las normas que se reformaron para la negociación colectiva de los salarios.

La segunda tenía que ver con la electricidad. Con la crisis, en Grecia aproximadamente unas 300.000 personas vivían – y viven – por debajo umbral de la pobreza y no podían pagar la luz de sus hogares. Por ese motivo, se presentó una ley para que todas esas miles de familias tuvieran acceso a la luz de forma gratuita sustentado por el Estado, por falta de recursos.

También es importante la pretensión del Ejecutivo griego para que los contribuyentes reciban mejores términos para devolver sus deudas y contribuciones a la seguridad social. Se trata, por tanto, una medida para que no se pague más del 20 o del 30 por ciento de sus ingresos anuales a la hora de devolver sus deudas.

Sin embargo, otra de sus medidas estrella que también se han cumplido es el empleo para los funcionarios. El nuevo Gobierno ha aprobado una ley que ha acabado con el plan de movilidad y el proceso de evaluación de los funcionarios públicos que dictaba la anterior ley. Con ello, se ha permitido que miles de personas que perdieron su puesto de trabajo con los anteriores gobiernos, volvieran a ser contratados.

La herencia recibida por Tsipras

Ni Syriza ni su líder, Alexis Tsipras, son los culpables de la situación política en el país griego. Ésta se inició en el año 2009 y fue provocada por la turbulencia generada por la gran recesión que sufrió la zona euro. Sin embargo, el país heleno fue de los primeros en caer por la debilidad de su economía y por una mentira constante por parte de los anteriores primeros ministros del país en cuanto al déficit y los datos macroeconómicos del país.

El temor por el impago de la deuda, a finales de 2009, se esparció entre los inversores internacionales que veían difícil la capacidad de que el Gobierno griego cumpliera con sus obligaciones de la deuda. Una situación parecida a la actual. Esto llevó, por aquel entonces, a una desconfianza que nació por el falso valor de los bonos del país, al estar equivocadas las cifras macroeconómicas.

Por lo tanto, Grecia se convirtió en el primer país europeo en solicitar ayuda externa debido al contagio financiero, y a la que siguió Irlanda y Portugal. La deuda, sin embargo, continuó en aumento a pesar de los recortes presupuestarios y, ése es el motivo, por el que ahora Tsipras se ve abocado a una refinanciación de la misma ante las instituciones europeas por ser impagable.

La gota que colmó el vaso, y por lo que Grecia está actualmente en esta situación, ocurrió durante las dos legislaturas del gobierno conservador de Karamanlis: se estuvieron realizando falsificaciones de los datos macroeconómicos de la contabilidad nacional. Fue el siguiente gobierno, el de Yorgos Papandreu, con mayoría absoluta, el que sacó a la luz esta situación. El partido conservador de Karamanlis aseguraba que el déficit el país era del 3,7%, cuando en realidad era del 12,7. Ésta es, por tanto, la herencia que recibió Tsipras.