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Osama bin Laden

La versión americana frente a la acusación de montaje sobre la muerte de Bin Laden

Por Jesús EspinosaTiempo de lectura2 min
Internacional21-05-2015

El periodista estadounidense Seymour Hersh ha publicado una información que ha tambaleado el panorama internacional. Un escrito, basado en fuentes oficiales aunque anónimas, que deja en entredicho la versión de la Casa Blanca sobre la muerte de Bin Laden y que ha llevado a que el propio Gobierno norteamericano desclasifique documentos sobre la muerte del terrorista para verificar su versión.

Seymour Hersh es un reportero que logró en 1969 una exclusiva al documentar la matanza de civiles de Vietnam a manos del ejército de EEUU en My Lai. Es decir, que ya era un personaje conocido por sus investigaciones. Ha sido el propio Hersh el que ha sacado un artículo que desmonta la versión oficial del hallazgo y muerte del terrorista Osama bin Laden hace cuatro años en Pakistán. La Casa Blanca, según Hersh, no dio con el paradero del exlíder musulmán y por eso echó mano de un soplón que se presentó en la Embajada de Islamabad. Unas informaciones, las del supuesto soplón, que se pagaron a 25 millones de dórales de recompensa.

Bin Laden habría estado bajo custodia de Pakistán y con financiación saudí desde el año 2006, cuando fue usado como rehén para mantener a raya a los talibanes. Fue en ese momento cuando Washington se enteró de lo que estaba ocurriendo y amenazó a Pakistán con cortar la ayuda externa si no le entregaban al líder terrorista.

Al final, todo se saldó con que los tres países acordaron que Estados Unidos lo mataría en una operación que el presidente Barack Obama, según Hersh, contó públicamente y con muchas mentiras para colgarse una medalla que le ayudase en las elecciones.

El texto fue despedazado por diversos medios debido a su escasa coherencia, la falta de pruebas físicas y, sobre todo, el uso de las fuentes. El “artista de la exclusiva” recurre 55 veces a la misma voz anónima, un funcionario de inteligencia retirado que conocía las primeras fases de la operación.

Por su parte, y como era de esperar, la Casa Blanca ha desmentido públicamente dicho texto del periodista y ha dicho que “no tiene ningún fundamento” porque está lleno de “falsedades”. No obstante, a medida que se desarrolla el debate que ha suscitado esta publicación, surgen voces que dan a Hersh el beneficio de la duda y corroboran parte de su investigación.

De hecho, una reportera de The New York Times que cubrió Afganistán y Pakistán durante más de una década, otorga credibilidad al escrito. Lo que supone en argumento de autoridad de importancia frente al periodista. Además, hay que recordar que todas las fuentes que usa Hersh son anónimas y, por tanto, de soporte que no es corroborable a menos que éste las desvele.

Desde que Barack Obama anunció la muerte de Bin Laden, las versiones oficiales de Estados Unidos y Pakistán han sido contradictorias en aspectos importantes que siguen sin aclarar. Washington aseguraba que Bin Laden estaba armado; Islamabad lo niega. Varios periodistas, por aquel entonces y a día de hoy, siguen asombrados por la facilidad con que los helicópteros se adentraron en territorio paquistaní y lo mucho que tardaron las autoridades en llegar al lugar.